¿Ha Escuchado Alguna Vez el cuento en el que una persona le dice a la estufa a leña: “Dame un poco de calor y entonces te daré de comer un poco de leña”? Todos sabemos que primero debemos preparar el fuego y recién entonces la estufa producirá el calor que deseamos. Con la gratitud sucede algo parecido. Cuando somos impulsados por la gratitud, recibimos toda clase de bien.
La Sra. Eddy destaca este punto en Ciencia y Salud. Ella escribe: “¿Estamos realmente agradecidos por el bien ya recibido? Entonces aprovecharemos las bendiciones que tenemos y eso nos capacitará para recibir más”.Ciencia y Salud, pág. 3. Por lo tanto, es importante que tengamos el hábito de ser agradecidos aun por las cosas más insignificantes de la vida, porque este enfoque nos mantiene preparados para ver y hacer el bien, no importa donde estemos.
Durante todo su ministerio Cristo Jesús enseñó a sus seguidores a buscar el bien en sus experiencias. Pero puntualizó claramente que el bien nos llega cuando consideramos la vida en términos espirituales y no materiales. Por ejemplo, él les dijo: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:31–33. Su total confianza en Dios, en instantes en que varios miles de personas necesitaban alimento, fue la prueba de que sus enseñanzas eran prácticas. No eran tan solo lindas teorías.
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