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Ser vigilante durante la Navidad trae curación

Del número de diciembre de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Época Navideña está aquí una vez más. Muchas personas compran regalos, asisten a fiestas, preparan postres y envían mensajes a familiares que viven muy lejos. Puede ser un momento maravilloso y feliz para dar. Sin embargo, es tan fácil ser "absorbido" por estas actividades y olvidar las exigencias espirituales y tan especiales de esta fiesta.

Es muy importante orar y mantenerse vigilante durante esta época. El mantener el pensamiento en la verdadera esencia de la Navidad — en las poderosas verdades espirituales que la vida y las enseñanzas de Jesús revelaron — trae a estas fiestas auténtica paz, alegría y curación.

La vigilancia es un elemento importante en el relato de la Navidad que se encuentra en el Evangelio según Lucas. Leemos: "Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño". Lucas 2:8. Guardaban las vigilias. Era su cuidado tierno, fiel y su vigilancia responsable lo que permitió a los pastores tener el dulce privilegio de ver al niño Jesús

Sin embargo, lo que vieron los vigilantes pastores fue mucho más que una simple criatura. Obtuvieron una vislumbre del preciado niño, Jesús, quien en su madurez cambiaría al mundo para siempre. A través de sus palabras y obras, la humanidad llegaría a estar más consciente del Cristo, la Verdad.

Jesús reveló la verdad de que Dios es el Espíritu que lo incluye todo y que el hombre es la emanación de Dios. Jesús entendió tan perfectamente el Cristo, la Verdad, que desafió la ley material y fue capaz de sanar los desafíos físicos. Él probó que la naturaleza del hombre es espiritual e ilimitada. Destacando la necesidad de mantener en el pensamiento las realidades espirituales del ser, Jesús instruyó enfáticamente a sus seguidores: "A todos lo digo: Velad". Marcos 13:37.

¿Velar qué? Claramente, Jesús estaba ordenando a sus discípulos que mantuvieran una vigilancia mental, que vigilaran sus propios pensamientos. Ellos debían estar alertas a las teorías y creencias populares incorrectas. Instruía a sus estudiantes a que no admitieran mentalmente las influencias malignas, también llamadas magnetismo animal, que trataban de impedir que el pensamiento escuchara la revelación del Cristo a la consciencia humana acerca de la bondad y el amor de Dios. Como vigilantes seguidores del Maestro, nosotros también debemos orar para entender, especialmente en la época navideña, las verdades espirituales específicas que anulan las creencias falsas.

Tomemos la soledad por ejemplo. Durante la época navideña la soledad puede parecer abrumadora. Los pensamientos nostálgicos, recordando el pasado como si fuera más dulce que el día de hoy, puede hacer que nos sintamos muy deprimidos y pensemos simple y llanamente que no nos aman, que nos han olvidado. ¿No es esto, sin embargo, exactamente el opuesto de lo que Jesús nos enseñó acerca de la naturaleza del Amor siempre presente? Él dijo: "Yo estoy con vosotros todos los días". Mateo 28:20. Y el Cristo siempre está anunciando a cada uno de nosotros la presencia amable y tierna de Dios.

El Cristo protege el pensamiento contra la soledad al revelarnos, de una manera que podamos entender, que nuestro Padre-Madre Dios está aquí, ahora, y es tangible a nuestro sentido espiritual. La creencia de muerte o pérdida nunca ha podido hacer desaparecer la presencia del Amor, puesto que Dios, el Amor divino, está siempre acompañando a Su idea, el hombre. La Vida divina abraza eternamente a cada persona en una actividad estimulante y útil. Hay tanto bien hoy como hubo ayer. En todo momento, el Cristo está revelando la naturaleza del hombre como la idea del Amor, que tiene la oportunidad infinita de amar y ser amado. Al estar vigilantes, tenemos la autoridad del Cristo para enfrentar al magnetismo animal, que nos traería desánimo, soledad o hasta indiferencia. Puesto que tenemos la Mente de Cristo, podemos reclamar la cordialidad y bienestar que nos pertenecen durante las fiestas y siempre.

¿Qué decir acerca de la presión? Con las exigencias familiares y sociales propias de la época, puede parecer que hay exigencias de tiempo, sociales, emocionales y económicas. Pero las enseñanzas de Jesús contrarrestaban toda justificación de presión presentada al pensamiento. Cuando analizamos cuidadosamente sus enseñanzas sobre este tema, comprobamos que él venció las limitaciones de tiempo al estar inmediatamente al otro lado de un lago. Superó las limitaciones de provisión multiplicando el bien que estaba a la mano. Aunque Jesús asistió a alegres fiestas, venció las presiones sociales satisfaciendo la necesidad del momento sin ser presionado. Estaba alerta y era obediente a Dios en todo momento. Aun cuando iba de camino a ayudar a la hija de uno de los principales de la sinagoga que tenía una necesidad urgente, se tomó el tiempo para sanar a una mujer que buscó su ayuda.

La presión es siempre un aspecto del pensamiento limitado y del temor, el opuesto mismo de las enseñanzas de Jesús. Él habló de la presencia del reino de los cielos. ¿Acaso no podemos pensar que el reino es todo el bien que existe al mismo tiempo bajo el control de Dios? Todo el bien, sin límites. Nada ni nadie nos puede obligar a aceptar que la presión es inevitable o ineludible. En vez de sentirnos presionados, podemos sentir esas corrientes serenas y vigorosas de espiritualidad que la Sra. Eddy menciona en Ciencia y Salud. Ella escribe: "Las corrientes serenas y vigorosas de verdadera espiritualidad, que se manifiestan en salud, pureza e inmolación propia, tienen que profundizar la experiencia humana, hasta que se reconozca que las creencias de la existencia material son una evidente imposición, y el pecado, la enfermedad y la muerte den lugar eterno a la demostración científica del Espíritu divino y al hombre de Dios, espiritual y perfecto".Ciencia y Salud, pág. 99. Esas "corrientes serenas y vigorosas" no están cansadas ni agotadas. La verdadera espiritualidad no incluye períodos de agitación, de locura y de presión.

Rumiar es otra manera en que el pensamiento puede ser apartado del mensaje navideño de paz y buena voluntad hacia con los hombres. La mente humana tendería a recordar navidades pasadas que no fueron muy felices, y desearía insistir en las tensiones familiares. Jesús habló una y otra vez de la necesidad cristiana de perdonar. Cuando estamos vigilantes y permitimos que la gracia y el profundo amor que Dios siente por todos nosotros impregne nuestro pensamiento, las viejas heridas y los sentimientos de culpa desaparecen.

Jesús también desafió el pensamiento inflexible de los fariseos. Si no estamos atentos, podemos vernos enredados en el tradicionalismo de la época: haciendo las cosas como siempre se han hecho, sin pensar si realmente siguen bendiciendo a quienes participan. En vez de eso, seamos receptivos a la inspiración fresca y a la espontaneidad del Alma, Dios.

El mensaje del Cristo de que tenemos que buscar satisfacción en las cosas del Espíritu — no en las cosas de la materia — también nos protegerá del sensualismo y la glotonería a menudo evidente durante las festividades. Jesús enseñó: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Mateo 6:33. El cristiano vigilante no será abrumado por la seducción de los alimentos y la vanidad acerca de la comparación de regalos y vestimentas. En lugar de eso, él o ella expresará activamente la generosidad, orden y pureza que el hombre expresa como semejanza de Dios.

Recordé la necesidad de mantener una vigilancia navideña tarde una noche de diciembre. Ya habíamos armado el árbol de Navidad; habíamos comprado, envuelto y enviado los regalos. Yo había estado a las carreras preparando la cena de Nochebuena. Las cosas estaban en orden, pensé en todo excepto en mi casa mental, la cual había sido descuidada. Yo había bajado mi guardia hasta que nuestra pequeña hija, con su pijama tipo mameluco, entró a nuestra habitación arrastrando los pies y quejándose de un dolor de oídos.

El Cristo, el mensaje glorioso de Dios al hombre, está hablando a la humanidad, y nada puede callar esa voz.

Puesto que yo había visto que la Ciencia Cristiana había sanado las necesidades de mi familia muchas veces, naturalmente recurrí a esta Ciencia nuevamente en busca de curación. Yo sabía que podíamos confiar en el poder y la presencia de Dios. Dirigí mi pensamiento al verdadero significado de la Navidad, y comencé a pensar en el poder del Cristo. Supe que no necesitaba estar impresionada ni temerosa de algo que Dios nunca había hecho. Después de todo, Jesús había probado que cualquier enfermedad podía ser sanada. Oré para permanecer tranquila y mantener mi pensamiento espiritualmente elevado. Cantamos algunos himnos y conversamos sobre el hecho de que el Cristo siempre nos está hablando.

Con ojos llenos de lágrimas, la pequeña miró hacia arriba y preguntó si podía abrir un regalo. No había nada de malo en esa petición de alguien que estaba fascinada con la maravilla de ver el árbol y los regalos. Pero sí me alertó a algo que yo había estado descuidando. Necesitaba desafiar el profundo materialismo que pasa por la consciencia humana. Del mismo modo que Herodes trató de destruir al bebé inocente, Jesús, así el "pensamiento materialista del Herodes" de hoy trataría de impedir u obstruir la verdad del ser espiritual. Vi que ninguna enemistad en contra del Cristo podía causar infección o indiferencia. Y como Jesús fue protegido, supe que el amor inocente del Espíritu que había en nuestros corazones estaba protegido.

El Cristo, el mensaje glorioso de Dios al hombre, está hablando a la humanidad, y nada puede callar esa voz. Nuestros oídos escucharon esta vez el mensaje de bondad y amor que Dios nos enviaba, y ningún pensamiento materialista pudo interferir con nuestra habilidad para escuchar Su ley del bien.

Tan pronto oré de este modo, tan pronto me dirigí específicamente al materialismo, el llanto cesó de inmediato. La pequeña se acurrucó en nuestra cama y despertó por la mañana lista para hablar de su curación.

Ser vigilante durante la Navidad trae curación. El estar alerta y mantener fuera de la consciencia los pensamientos opuestos al mensaje del Cristo, nos permite ciertamente expresar nuestra gratitud y alegría ilimitada al mundo. Cuando hacemos esto, hay un resplandor navideño dentro de nuestro corazón que continúa a lo largo de todo el nuevo año.

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