A medida que la Ciencia del cristianismo sea más reconocida, será inevitable que los miembros de la Iglesia de Mary Baker Eddy, que difunden el mensaje de la misión sanadora de esta Ciencia, sean cada vez más internacionales. Pero si sus miembros viven lejos de La Iglesia Madre — La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston — y especialmente si viven fuera de los Estados Unidos, ¿acaso su apoyo su apoyo a La Iglesia Madre y a su esfuerzo por responder a las necesidades del mundo, hacen una diferencia práctica? La respuesta es un resonante “¡Sí!”
Es obvio que la Sra. Eddy tenía en mente una iglesia que circundara la tierra. Es más, el concepto espiritual de Iglesia que ella describe en Ciencia y Salud indica que ella consideraba que la Iglesia era algo más que una entidad internacional. Ella la veía como algo universal. Empieza describiéndola como: “La estructura de la Verdad y el Amor; todo lo que descansa en el Principio divino y procede de él”.Ciencia y Salud, pág. 583.
Dondequiera que usted viva, y sea o no miembro de la Iglesia Madre, usted puede sentir el apoyo de esta idea espiritual de Iglesia, y de este modo apoyar a La Iglesia Madre para que ella exprese esta idea verdadera de Iglesia. En un sentido, La Iglesia Madre es establecida dondequiera que las enseñanzas de la Ciencia Cristiana son puestas en práctica. La cercanía física al edifico en sí de La Iglesia Madre no puede ni ayudar, ni obstruir esta práctica, como tampoco puede ayudar ni impedir la contribución que uno puede hacer al cumplimiento de su misión universal.
¿Cuál es esta misión universal? ¿Acaso no se trata de que reconozcamos y continuemos con la curación y la obra redentora de Cristo Jesús, por ser sus seguidores? Los Evangelios indican que sanar el pecado y la enfermedad eran el aspecto principal de su ministerio. En los pueblos, las ciudades, aldeas y campos de Judea y Galilea, el Maestro llevó su ministerio, demostrando el poder liberador y práctico de Dios. También les instruyó a sus discípulos a sanar. Hoy, este mismo poder de Dios está presente en el Consolador divino, prometido por Cristo Jesús. La Ciencia Divina es el Consolador, como bien lo indica la Sra. Eddy.
Este ministerio de curación individual; más aún, esta práctica pública de la Ciencia Cristiana, cada vez más presente, es la esencia de lo que constituye ser miembro de La Iglesia Madre y esforzarse por responder a las necesidades del mundo.
Antes de que estableciera la Iglesia de Cristo, Científico, la Sra. Eddy ya había enseñado a muchos a demostrar el poder del Amor divino en las obras de curación. La siguiente declaración en Ciencia y Salud confirma cuan importante es que cada miembro de la iglesia cultive el ministerio de sanar: “Nuestra iglesia está edificada sobre el Principio divino, el Amor. Podemos unirnos a esta iglesia sólo a medida que nazcamos de nuevo en el Espíritu, que alcancemos la Vida que es Verdad y la Verdad que es Vida, produciendo los frutos del Amor — echando fuera el error y sanando a los enfermos”.Ibid., pág. 35.
Este ministerio de curación individual; más aún, esta práctica pública de la Ciencia Cristiana, cada vez más presente, es la esencia de lo que constituye ser miembro de La Iglesia Madre y esforzarse por responder a las necesidades del mundo. Éx. 20:3. Aunque La Iglesia Madre tiene sus oficinas centrales en Boston, en los Estados, Unidos, esto no significa que todos los recursos y las energías de sus miembros estén centrados en Boston; ni que su esfuerzo por llegar a la humanidad proceda de allí. Esta actividad de la Iglesia más bien irradia de cada miembro, en la medida en que él o ella siga a Cristo Jesús.
Si usted vive lejos de otros Científicos Cristianos, ¿cómo puede aprender a practicar la curación cristiana? Nosotros aprendemos esta Ciencia de la Mente del Pastor de la Iglesia. Mientras otras religiones tienen a una persona como pastor, el Pastor de la Ciencia Cristiana consiste de la Biblia y del libro Ciencia y Salud. Este Pastor está siempre presente para consolar, fortalecer e instruir.
Ciencia y Salud y la Biblia están llenos de ideas prácticas para enseñar el poder sanador de Dios. Una de las cosas fundamentales para sanar es la necesidad de tener compasión y moralidad cristiana. Estas cualidades están presentes en el pensamiento dependiendo de nuestra obediencia al espíritu y a la letra del Primer Mandamiento, “No tendrás dioses ajenos delante de mí”; Véase Manual, Art. VIII, Sec. 14. ningún Dios excepto el Espíritu infinito, expresado en Su imagen y semejanza, el hombre. Teniendo un solo Dios, el bien, no podemos aceptar el mal como algo creado por Dios. De esta manera vamos venciendo el mal y el temor, aquello que nos haría creer en la realidad del pecado y la enfermedad. Razonando desde la base de la omnipotencia y omnipresencia del bien, ejercemos nuestro dominio práctico sobre los pensamientos que causarían la enfermedad. Aquellas personas que nos rodean, son naturalmente bendecidas por nuestro continuo crecimiento espiritual, y cuando se nos pide ayuda por medio de la oración, también podemos ayudarlas a dominar el temor y la enfermedad, por medio del poder de Dios.
En algunos casos, los estudiantes de la Ciencia Cristiana que viven lejos de La Iglesia Madre, o de alguna de sus iglesias filiales, empiezan a celebrar servicios los domingos donde viven. Estos servicios son una buena manera de presentar el Pastor a los demás; como también ofrecerles su inspirador mensaje sobre el poder sanador de Dios, el Amor divino. Las reuniones de testimonios de los miércoles por la noche permiten a los que vienen por primera vez escuchar a los Científicos Cristianos y ver como prueban lo práctica que es su religión en el diario vivir.
Otra manera de apoyar a La Iglesia Madre está indicada por la Sra. Eddy, en el Artículo VIII, Sección 13, del Manual de La Iglesia Madre. Consiste en mantenerse al día con el pago anual de la capitación. Aunque el Manual estipula que el monto de este pago no debe ser menor de un dólar anual, los miembros obedecen el espíritu de este estatuto, en primer y último lugar, sabiendo que La Iglesia Madre, fundada sobre la Verdad y el Amor infinitos, posee todos los recursos necesarios para cumplir con su misión sanadora. A medida que basan su vida en la Verdad y el Amor, los miembros saben que ellos pueden colaborar generosa y regularmente con esta misión. Sabiendo que cada miembro, incluso uno mismo, refleja en realidad el Alma, Dios, y Su inagotable abundancia, esto permite que los miembros contribuyan económicamente de la manera más apropiada para ellos.
Sabiendo que cada miembro, incluso uno mismo, refleja en realidad el Alma, Dios, y Su inagotable abundancia, esto permite que los miembros contribuyan económicamente de la manera más apropiada para ellos.
Sin embargo, hay otra manera de ayudar a La Iglesia Madre, que también está estipulada en el Manual, que consiste en apoyar a las publicaciones de la Iglesia.Esc. Mis., pág. 155:24–29. Cada miembro que tenga los medios, deberá suscribirse a las publicaciones periódicas. Una definición de la palabra suscribirse significa “poner la firma en un documento”. Si bien leer las publicaciones periódicas es una enorme bendición, una bendición mayor es comprometer el nombre de uno en documentos que pueden surgir al escribir y poner a consideración artículos, poemas, o testimonios para que se publiquen en estas revistas. Yo particularmente, comencé a ver esto como una obligación moral, de acuerdo con un comentario hecho por la Sra. Eddy en Escritos Misceláneos, y algo que ciertamente podía hacer.5
Una de las maneras en que las publicaciones periódicas se mantienen a la altura de la época, es por medio de la difusión radial. En algunos países donde el correo está siempre atrasado, o no es confiable, la radio de onda corta es un medio regular y del que se puede depender para ayudar a los oyentes a sentir el apoyo que les da La Iglesia Madre. A menudo, los oyentes que conocen la Ciencia Cristiana por medio de la radio de onda corta, se han dedicado a estudiar esta religión. Luego se han hecho miembros de la iglesia. Estas transmisiones radiales, que alcanzan eficazmente a aquellos que viven en lugares aislados, merecen nuestras oraciones consagradas.
No hay límite en el bien que La Iglesia Madre puede hacer, porque la Sra. Eddy la fundó bajo la dirección de Dios, y bajo la dirección de Dios continuará prosperando. ¡Qué alegría que da apoyar generosamente la misión de esta iglesia — desde donde usted se encuentra!
 
    
