Entre los años 1872 y 1875, Mary Baker Eddy se consagró a escribir el libro de texto para explicar la Ciencia que había descubierto en 1866 mediante la revelación divina. Desde ese descubrimiento, estudió exhaustivamente la Biblia, sanando enfermos sólo mediante la oración y enseñando a otros a sanar.
Suspendió sus clases en 1872 para dedicarse totalmente a escribir La Ciencia de la Vida. Este fue el título original de su libro, pero luego lo cambió al enterarse de que ya existía otro libro con ese título. Más adelante la Sra. Eddy escribió:
Seis semanas esperé en Dios para que me sugiriera un nombre para el libro que había estado escribiendo. Su título, Ciencia y Salud, me vino en el silencio de la noche, cuando las inmutables estrellas cuidaban del mundo — cuando el sueño hubo huido,— y me levanté y anoté la sagrada sugerencia.Mensaje a La Iglesia Madre para el año 1902, pág. 15.
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