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Mary Baker Eddy: toda una vida de curación

Esta serie de artículos trata sobre las curaciones realizadas por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia Cristiana. Estas curaciones empezaron en su niñez y continuaron a través de toda su vida — algunas de ellas se publican aquí por primera vez.

La “causa de la Verdad” (1875-1879)

Del número de marzo de 1996 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Entre los años 1872 y 1875, Mary Baker Eddy se consagró a escribir el libro de texto para explicar la Ciencia que había descubierto en 1866 mediante la revelación divina. Desde ese descubrimiento, estudió exhaustivamente la Biblia, sanando enfermos sólo mediante la oración y enseñando a otros a sanar.

Suspendió sus clases en 1872 para dedicarse totalmente a escribir La Ciencia de la Vida. Este fue el título original de su libro, pero luego lo cambió al enterarse de que ya existía otro libro con ese título. Más adelante la Sra. Eddy escribió:

Seis semanas esperé en Dios para que me sugiriera un nombre para el libro que había estado escribiendo. Su título, Ciencia y Salud, me vino en el silencio de la noche, cuando las inmutables estrellas cuidaban del mundo — cuando el sueño hubo huido,— y me levanté y anoté la sagrada sugerencia.Mensaje a La Iglesia Madre para el año 1902, pág. 15.

A comienzos de 1875, la Sra. Glover, como se la conocía en ese entonces, vivía en casa de Amos Scribner y su esposa en el número 7 de la calle Broad en Lynn, Massachusetts. Una noche, el Sr. Scribner fue llamado para ir a casa de un amigo que había estado muy enfermo durante mucho tiempo con dos clases de fiebre. Se sentía renuente a acudir porque decían que el amigo se estaba muriendo. Años después, la Sra. Eddy escribió sobre lo sucedido esa noche:

Cuando escuché las circunstancias le dije: “Vé y yo lo sanaré por ti”. Además le dije las señales que iba a ver a medida que mi trabajo en el caso progresara. Me dijo: “Bien, supongamos que cuando llego allá está muerto”. Le dije: “No lo estará, y.. . lo sanaré si le pides a todos que abandonen la habitación y te quedas a solas con él.. .”

Él me había visto sanar a su esposa de fiebre puerperal, a su hijo de cólera infantil y tenía completa confianza en mi habilidad, por eso dijo: “Iré”. Cuando llegó el hombre estaba muy mal y pronto pidió que todos dejaran la habitación para poder tener al hombre enteramente a su cuidado.

Pronto el hombre abrió los ojos y dijo: “¡Hola! ¡Amos! ¿Eres tú? tú? !Qué alegría me da verte!” Amos le preguntó: “¿No querrías levantarte?” Le respondió: “¡Sí, es demasiado temprano para estar acostado!”, y se levantó, se vistió solo y después quiso comer algo. Al día siguiente salió de la casa en perfecto estado de salud.

Este caso se difundió tanto que la gente se juntaba en las esquinas de las calles y hablaba sobre él; asombró a toda la ciudad. Documento de la Historia de la Iglesia: A11060, Departamento de Historia de La Iglesia Madre.

En el Prefacio del libro que estaba por publicar, la Sra. Glover escribiría: “...nos proponemos dar respuesta final a la pregunta ¿Qué es la Verdad? apoyados en la demostración. Permitid que se adopte ese método de sanar al enfermo y que se establezca el cristianismo, que se ha comprobado da la mayor salud, y hace los mejores cristianos...” Mary Baker Glover, Ciencia y Salud, Primera Edición, 1875, pág. 4. Su “método de curación” — de demostrar la realidad de la Ciencia divina que Dios le había revelado a ella — sin duda “[daba] la mayor salud, y [hacía] los mejores cristianos”; transformaba el carácter humano mientras sanaba el cuerpo. La verdadera curación y el cristianismo eran inseparables.

El 30 de octubre de 1875, el libro de la Sra. Glover, Ciencia y Salud, se publicó en su primera edición de mil ejemplares. Los meses que antecedieron a ese día luminoso habían estado muy activos. En la primavera y el verano, Mary había estado ocupada no sólo corrigiendo las pruebas de imprenta sino también agregando sus observaciones sobre la malapráctica mental al último capítulo del libro: “Sanando a los enfermos”. Ella dijo que escribirlo había sido una “ardua tarea”, Véase Retrospección e Introspección, pág. 38. pero se había convencido de que era necesario alertar a sus lectores del peligro de alejarse del cristianismo para practicar el mesmerismo. Escribió estas catorce páginas cuando vivía en 8 Broad Street, su nuevo hogar en Lynn. Mary había comprado la casa en marzo y reanudado sus clases en abril, utilizando la sala del frente para dictar sus clases. Un mes después, el 23 de mayo, dio una conferencia titulada “Cómo sanar a los enfermos mediante el Cristo”, en la sala Concert Hall ubicada en la calle Market en Lynn. Esta fue su primera aparición en público para hablar sobre la Ciencia Cristiana.

Ya sea que Mary estuviera enseñando o dando conferencias, la curación era el centro de todos sus esfuerzos. Ella escribió a alguien que quería ser su alumno en 1876 sobre su enseñanza, “...si no capacito a los [alumnos] para sanar les devolveré el dinero”. Documento de la Historia de la Iglesia: L02043. Para ella, enseñar no consistía en hacer que los alumnos aprendieran hechos que no conocían; su propósito era producir estudiantes que pudieran sanar por medio de la oración cristiana solamente. Si bien se hizo necesario que se retirara gradualmente de la práctica pública de la curación espiritual a la privada, a medida que iba creciendo la demanda de establecer el movimiento de la Ciencia Cristiana, la labor sanadora de la Sra. Glover continuó porque le seguían llegando pedidos de ayuda. Uno de ellos fue del hijo de una viuda en Lynn; tenía una tibia lastimada que se estaba deteriorando. El médico del niño le había prescrito un somnífero, que tomaba cada dos horas, para aliviar el dolor. Cuando la Sra. Glover se acercó a él, el día en que le iban a amputar la pierna, Véase The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 105. era dudoso que sobreviviera. Ella escribió sobre los resultados:

Al día siguiente de mi visita él estaba en la calle, no tomó más morfina y ese invierno asistió a una escuela de danza. Alrededor de un mes después de que lo sané, me visitó y noté que su pie estaba torcido hacia afuera. Inmediatamente cambié eso y de ahí en adelante caminó con el pie en su posición natural. Departamento de Historia de la Iglesia: A10328.

En 1901, Calvin Frye, secretario privado de la Sra. Eddy, escribió en su diario que ella le había hablado de esta curación y dijo: “Supe que si moría se iba a despertar para encontrar que no tenía esa enfermedad y yo quise despertarlo antes de que muriera”. Diario de Calvin Frye: 9 de octubre de 1901.

En la Ciencia Cristiana es sumamente importante despertar el pensamiento a la verdad sobre la totalidad y la bondad de Dios y del hombre como Su reflejo perfecto. Esto produce curación y motiva todas las actividades que se emprenden en su nombre. Despertar al género humano a la Verdad divina era por cierto una de las razones para escribir Ciencia y Salud, pero su autora no se contentaba simplemente con producir el libro y luego dejar el alcance de su mensaje al capricho del interés del público. Marry Baker Glover entendía que era parte de su misión que le había sido divinamente asignada cerciorarse de que llegara el mensaje a todos aquellos que tienen “hambre y sed de justicia” — de pureza, salud y entereza — porque “ellos serán saciados”. Mateo 5:6. Por eso, un mes y medio después de la publicación de su libro, la encontramos escribiendo a un alumno sobre “nuestra gloriosa causa”. Documento de la Historia de la Iglesia: L12666. Lo que se había iniciado hacía más de treinta años como una búsqueda de salud verdadera, había transformado a una enferma en una sanadora, maestra, autora y ahora fundadora de la “causa” de la Ciencia Cristiana, para lo cual Dios, en su gracia, la había estado preparando.

En 1876, una las mayores preocupaciones de la Sra. Glover era hacer que Ciencia y Salud llegara a las manos del público. Nombró como editor a Daniel Spofford, uno de sus alumnos, para que fuera responsable de la venta del libro. En mayo le escribió: “...lo que más necesitas es Amor, humildad y caridad, o paciencia, para con todos. Estas cosas aumentarán tu éxito...” Documento de la Historia de la Iglesia: L07808. Y un año más tarde le escribió sobre la necesidad de “conseguir que los estudiantes entren en el movimiento como practicistas y sus curaciones venderán el libro e introducirán la ciencia mejor que cualquier otra cosa, excepto mis conferencias”. Documento de la Historia de la Iglesia: L07816.

Y, por supuesto, sus disertaciones públicas también sanaban. Ella hace referencia a esto en su autobiografía, Retrospección e Introspección, en la que escribe: “Nuesta última reunión administrativa se hizo memorable por los discursos elocuentes de personas que testificaron conmovidas haber sanado gracias a mis predicaciones. Entre otras enfermedades sanadas especificaron casos de cáncer”.Ret., pág. 15. La Sra. Eddy se estaba refiriendo a una serie de sermones que dio por la tarde en la Iglesia del Tabernáculo Bautista en Boston, que comenzaron el 24 de noviembre de 1878.

Varios acontecimientos significativos ocurrieron en los tres años que siguieron a la publicación de su libro. En marzo de 1876, conoció a Asa Gilbert Eddy, su futuro esposo, quien la fue a ver para sanar de una enfermedad al corazón. Después que se casaron el 1.° de enero de 1877, ella le escribió a un alumno:

No tengo que justificar este paso ante un estudiante que sabe que el interés por la causa de la Verdad es el único interés terrenal que poseo, y me casé con el objeto de promover esta causa y encontrar que hay fortaleza en la unión, para traer a otro a mi esfera de labor, y por último, pero no por eso menos importante, unir mi vida a alguien que sé que la bendecirá. He cambiado su tenor después de tantos años de luchar sola.

La primavera pasada el Dr. Eddy acudió a mí como un enfermo sin esperanzas, lo vi entonces por primera vez, y sólo dos veces. Como su salud mejoró tanto, vino a unirse a mi clase... A las cuatro semanas de haber tomado clase estaba en la práctica obteniendo buenos resultados, adquirió una excelente reputación como sanador y finalmente se ganó mi afecto sobre la única base de su gran bondad y fortaleza de carácter. Documento de la Historia de la Iglesia: L08737.

Gilbert Eddy se convirtió en el primero de sus alumnos que se anunció públicamente como “Científico Cristiano”.

La publicación de Ciencia y Salud había establecido la “Ciencia Cristiana” como el nombre permanente de la revelación divina que la Sra. Eddy enseñaba y para “la causa de la Verdad” que estaba liderando.

En el desarrollo de esta “causa”, también fue significativa la organización de los estudiantes en la Asociación de Científicos Cristianos, el 4 de julio de 1876. A través de su Asociación, la Sra. Eddy pudo continuar con la educación espiritual de sus alumnos en reuniones celebradas regularmente. Se interesaba profundamente por sus alumnos, quienes recurrían a ella en busca de ayuda cuando no podían enfrentar un desafío solos. En una ocasión, la madre de un bebé de seis meses había sido impulsada a recurrir a su maestra para encontrar alivio para su niño que lloraba constantemente. La Sra. Eddy lo mencionó en una clase que enseñó en 1888. Una integrante de esa clase escribió más adelante en sus reminiscencias:

La Sra. Eddy dijo que fue a la casa con esa madre, puso al bebé en su falda, y le pidió a la madre que se fuera del cuarto. El niño lloró y gritó horriblemente y la Sra. Eddy declaró la verdad en silencio... Ella dijo que la lucha continuó hasta que parecía que el bebé iba a morirse, pero ella continuó sabiendo que el niño verdadero no podía morir, y que el error no tenía vida y que no podía continuar manifestándose. Después de un rato el niño dejó de gritar y llorar y se durmió, y este fue el fin de ese error. Recuerdos de Annie M. Knott, Historia de la Iglesia.

La necesidad de cuidar a su propio “bebé”, la recién nacida “causa de la Verdad”, era algo a lo que la Sra. Eddy estaba muy alerta. El pensamiento materialista o mundano de los otros resistía esta “causa” hasta el punto de querer destruirla. Tal fue el caso cuando Gilbert Eddy fue acusado falsamente el 29 de octubre de 1878, de formar parte de una conspiración para asesinar a Daniel Spofford. Tres meses después la mentira maliciosa fue puesta al descubierto y se retiraron los cargos por no tener absolutamente ninguna validez. En marzo de 1879, la Sra. Eddy le escribió a una amiga:

La causa está prosperando nuevamente, levantándose lentamente del terrible golpe de la malicia y las falsedades con el que se la asoció el otoño pasado, en el que dos de mis alumnos (uno de ellos mi querido esposo) fueron tan escandalosamente acusados con falsía y yo también fui arrastrada a aparecer en artículos difamatorios en la prensa. Todo fue organizado por Spofford para detener la venta de mi libro después que le saqué el permiso para venderlo debido a su chocante inmoralidad y al haber roto el acuerdo... Mi marido pasó a ser el editor de la segunda edición de mi obra y el golpe se produjo una semana después de su publicación. Documento de la Historia de la Iglesia: L02051.

La Sra. Eddy había empezado esta carta relatando que estaba en esa época conduciendo los servicios religiosos dominicales en Boston, en el edificio Parker Memorial. En menos de un mes, ella y sus alumnos organizaron la Iglesia de Cristo, Científico “destinada a conmemorar la palabra y las obras de nuestro Maestro, la cual habría de restablecer el Cristianismo primitivo y su perdido elemento de curación”.Manual de La Iglesia Madre, pág. 17. Se había comprobado que los intentos del materialismo de arruinar “la causa de la Verdad” no tenían poder. La Sra. Eddy no desvió ni retardó el avance de esta causa sanadora al guiarla siguiendo la dirección divina.

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