LOS ÚLTIMOS REDACTORES
Dos informes contemporáneos indican que los encargados de refinar y finalizar la traducción fueron el obispo Thomas Bilson y Miles Smith. Un relato describe de este modo la revisión final de la Biblia King James: “Bilson, obispo de Winchester y el Dr. Miles Smith, quienes desde el comienzo estuvieron muy activos en la obra, recibieron otra vez el trabajo completo y determinados argumentos de varios libros, y... al Dr. Smith, quien por los infatigables dolores que le produjo este trabajo, poco después de imprimir el mismo, tuvo un merecido nombramiento como obispo de Gloucester, se le ordenó escribir un prefacio el cual ahora figura en la primera página de las ediciones de esta Biblia”.
En ambos relatos lo que realmente se quiere destacar es la contribución monumental que Miles Smith dio a la Biblia. Como dice un informe: “Smith estuvo desde el principio profundamente envuelto en toda la obra”. Por otra parte, Bilson no participó de las primeras etapas de la traducción. Aunque él era un experto erudito en la Biblia y en lingüística, es probable que fuera nombrado más como representante de la iglesia por su pensamiento conservador, que por su habilidad para redactar o escribir.
El prefacio a los Sermones de Smith, publicados en 1632, revela lo importante que fue su papel en la traducción. El autor del prefacio describe a Smith como “un jefe único”, que “comenzaba viendo la primera versión de la traducción de la obra, y terminaba con la última versión”.
Es indudable que las propias palabras de Smith en el prefacio de la Biblia de 1611, muestran su capacidad especial para servir como el principal y final redactor de la nueva publicación. El prefacio pone en evidencia la apasionada devoción de Smith por el ideal protestante de redactar la Biblia en el lenguaje común de cada día, y muestra a Smith como un modesto siervo de Dios, deseoso de exhaltar la confianza total que tuvo en sus amigos traductores, como “los más grandes ante los ojos de los otros hombres, y luego ante los propios, que buscaron la verdad en lugar de su propio renombre”.
Lo más importante es que el prefacio muestra a Smith como un maestro de la lengua inglesa, alguien que escribe simple, grandiosa, rítmica y memorablemente. Casi todas las líneas del prefacio se hacen eco de los ritmos hebraicos del texto de la Biblia King James. He aquí un ejemplo del prefacio tomado casi al azar: Las Escrituras, dice Smith, “pueden hacernos sabios para la salvación... si somos ignorantes ellas nos instruirán, si estamos abatidos nos consolarán, si embotados nos despertarán, si indiferentes nos reanimarán”.
Es probable que Bilson escribiera la lisonjera alabanza: “Al más grande y poderoso príncipe James”. (La dedicatoria aún se encuentra al frente de la Biblia. La mayoría de los eruditos piensan que él también escribió las reseñas en la parte superior de cada página. Así mismo es probable que los últimos revisores verificaran la puntuación, las mayúsculas y la ortografía.)
Smith y Bilson también (en las palabras de un informe) “naturalmente sopesaron y examinaron” la Biblia para asegurarse de que fuera favorable al rey y a la Iglesia Anglicana. Debido a que ellos representaban a diferentes facciones de la Iglesia (Smith era calvinista y Bilson era un importante hombre de la iglesia) los dos aportaron un equilibrio ideal al proceso final de la redacción.
Es indudable que fue el propio Miles Smith el responsable de transformar el manuscrito en un monumento a la prosa artística. Él recurría una y otra vez a la Biblia de Tyndale con su palabra escogida, simple e informal y su poderoso fraseo rítmico. Fue él, el grande, anónimo redactor en jefe, el que plasmó con toda felicidad las anteriores Biblias en inglés.
EL ESTILO DE LA BIBLIA KING JAMES
Algunos sienten que el triunfo de la Versión King James se debe a su ecumenicidad, su universalidad. Otros al igual que el erudito de la Biblia Craig Thompson, piensan que “la supremacía de la versión King James reside en su estilo”. Pero en realidad los traductores no inventaron un estilo nuevo. Su fuerza creadora descansa en la fluidez, modernización y permanente dinámica que dieron a un estilo antiguo, que hace que suene más popular y genuina. Y ellos se las ingenieron para lograrlo sin destruir el vigor y la melodía de los textos hebreos originales ni la cadencia y el poder de las anteriores Biblias en inglés.
¿Cómo lograron los traductores todo esto? Al tomar la decisión de crear una Biblia que diera lo mejor cuando fuera leída en voz alta. En otras palabras, ellos querían una Biblia que sonara bien. Una Biblia cuyas frases fueran fáciles de recordar y difíciles de olvidar. De modo que formaron un mosaico hecho con fragmentos de los textos del pasado; un mosaico que tenía más melodía y majestad, y sobre todo, al que se podía recurrir más que a ninguna de las anteriores Biblias en inglés.
LA PUBLICACIÓN Y AUTORIZACIÓN
Luego de una revisión rápida hecha por el arzobispo Bancroft, y quizá también por el rey Jacobo, la nueva Biblia estuvo lista para ser impresa en las prensas de Robert Barker, el impresor del rey. Barker produjo dos ediciones espléndidas del texto, ambas impresas en 1611. Utilizó el papel de hilo más caro y una combinación innovadora de tipos en negritas y romana. Para la página del título, encomendó las nuevas ilustraciones a Cornelio Boel, de Amberes.
Luego seguía la dedicatoria de Bilson, el prefacio de Smith; un calendario an-glicano de días festivos y — entre otras cosas — una genealogía ilustrada de la Biblia y un mapa de la Tierra Santa recopilado por el prominente cartógrafo John Speed.
La decisión más significativa que tomó Jacobo con respecto a la Biblia fue publicarla en todas las medidas, desde la gran edición catedral, hasta la edición de bolsillo para ser leída en el hogar. De modo que por primera vez en la historia de Inglaterra la Biblia se encontraba disponible a un precio que todos podían pagar.
Jacobo permitió que la frase: “Designada para ser leída en las Iglesias”, apareciera en la página del título, un anuncio público de que esta Biblia reemplazaría para siempre a la Biblia de los Obispos, como el texto inglés autorizado. Por esta razón, con frecuencia se refieren a la Biblia King James, como la “Versión Autorizada”.
RESUMEN
“Celo por promover el bien común” —ésta es la cualidad que de acuerdo con el prefacio de Miles Smith, fue la fuerza impulsora detrás de la obra de los traductores de la Biblia King James. Fue este “celo” el que los inspiró en su búsqueda exhaustiva, su determinación de lograr un texto verdaderamente ecuménico, y su cuidado en preservar y realzar la belleza básica de la Biblia en inglés.
Los traductores sabían que el rey y la Iglesia se enfrentaban con una grave amenaza, tanto de parte de los católicos romanos como de los calvinistas radicales. Ellos veían la Biblia nueva como su primera esperanza para restaurar la unidad nacional.
Los traductores invirtieron, sin retribución alguna, entre seis y ocho años de su vida, trabajando sobre una versión nueva de las Escrituras. Esto demuestra lo importante que fue su dedicación a la misión y promesa de la Biblia King James. El texto de la Biblia es una evidencia de que el “celo” del rey y sus eruditos no fue en vano. Ellos lograron en las salas de los comités y en las páginas de sus manuscritos, un consenso nacional de fe. De manera que la de ellos fue la primera Biblia en inglés que constituyó realmente un regalo para el “bien común” de todo el pueblo inglés.
(Éste es el último de seis artículos sobre la Biblia King James.)
 
    
