¡Debe De Haber sido maravilloso presenciar un acontecimiento como éste! Un oficial del ejército le había pedido ayuda a alguien. Primeramente, este oficial había enviado a un grupo de ancianos del país que su ejército estaba ocupando, a que rogaran a este hombre para que viniera en su ayuda. Sin embargo, el hombre que él buscaba no tenía ningún rango oficial ni ocupaba ningún cargo político. Era un maestro religioso itinerante que había estado predicando recientemente en esa región.
Este hombre había estado hablando abiertamente acerca del reino de Dios y anunciando a la gente la buena nueva de que el reino de los cielos "se ha acercado". Había estado enseñando acerca de la relación del hombre con Dios. Algunas personas decían que cuando él predicaba y enseñaba, lo hacía "como quien tiene autoridad". Mateo 7:29. También sanaba. Y era la habilidad sanadora de este hombre lo que el oficial necesitaba.
Este relato se encuentra en el Nuevo Testamento. En el Evangelio según Lucas leemos que el oficial, un centurión romano, en realidad no estaba buscando ayuda para sí mismo, sino para un siervo suyo, Véase Lucas 7:1–10. a quien él quería mucho, y que estaba gravemente enfermo. De hecho, se pensaba que ya no le quedaba mucho tiempo de vida. El maestro y sanador que había llegado a la ciudad donde vivían, Capernaum, era Cristo Jesús.
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