Cuando Tratamos con un tema con el cual no estamos muy familiarizados, como es la curación espiritual, a veces es muy útil comenzar con un marco de referencia que nos sea conocido. Por lo tanto, si describimos la práctica de la medicina convencional para la curación de las enfermedades físicas, como la aplicación del conocimiento de la fisiología, la epidemiología, la química, etc., entonces podríamos decir que la curación en la Ciencia Cristiana es la aplicación del conocimiento de Dios, del Principio divino de toda existencia, para corregir los errores de la mente humana que resultan en enfermedad y, por consiguiente, para sanar la enfermedad.
Tal vez, hasta esa breve descripción de la práctica de la Ciencia Cristiana haría temblar a algunas personas. Por lo general, pensamos que podemos conocer las leyes físicas, y que son capaces de cambiar las condiciones físicas de maneras que podemos predecir. Por otro lado, puede que pensemos que sólo podemos conocer a Dios de una manera muy diferente, a través de lo que podríamos llamar sentimientos. No obstante, cuando analizamos los relatos de Cristo Jesús, ¿acaso no vemos una comprensión de Dios que constantemente sanaba a los enfermos?
Simplemente imagine por un momento lo que debe de haber sido ser discípulo de Jesús, y ver que se producían maravillosas curaciones casi a diario; curaciones de lepra, parálisis, sordera, ceguera. Al principio los discípulos puede que hayan llegado a la conclusión de que Jesús tenía un poder único y milagroso. Aun así, él les aseguraba que cualquiera que creyera y viviera las verdades que él enseñaba acerca de la perfección, el poder y el amor de Dios, podría sanar como él lo hacía. Véase Juan 14:12. Poco a poco, ellos empezaron a sanar. De acuerdo con lo que relatan los evangelios, no siempre tuvieron éxito, pero su confianza y habilidad aumentaron a medida que siguieron el ejemplo de pureza, mansedumbre y total confianza en el poder de Dios, que tenía Jesús.
Los Científicos Cristianos aceptaron el mandato de Jesús de que todo seguidor de sus enseñanzas podría sanar a los enfermos sólo mediante la oración. Ellos creyeron que su habilidad para sanar era el resultado directo de su relación con Dios y de su comprensión de que el ser real de cada persona es la imagen de Dios. Todos podemos esforzarnos por comprender las leyes divinas que fundamentan la curación. La base misma de esta comprensión se encuentra en las Escrituras. Por ejemplo, en el primer capítulo de la Biblia se afirma que Dios hizo todo muy bueno y que hizo al hombre a Su imagen. Las Escrituras también enseñan que Dios es Espíritu. La Ciencia Cristiana concluye, entonces, que el hombre debe ser, en verdad, totalmente espiritual y bueno. La percepción de esta verdad es un aspecto fundamental de la curación en la Ciencia Cristiana.
Puesto que los Científicos Cristianos comprenden que la enfermedad no forma parte de la realidad divina, ellos se oponen a ella del mismo modo que cualquiera se opondría a una mentira cruel: con valor y afirmando la verdad con persistencia. Esta afirmación de la verdad es oración. Da testimonio de la totalidad y la bondad de Dios, y de su amor invariable por el hombre. Afirma que la realidad del hombre es la semejanza de Dios. Este tipo de oración es muy diferente de la fe ciega. Es un tratamiento activo y específico que destruye en el pensamiento humano los temores y creencias falsas que se manifiestan en forma de enfermedad.
El libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, contiene la explicación completa de estas enseñanzas. Ella lo escribió durante la segunda mitad del siglo XIX, y en él explica la Ciencia de Dios y el hombre. Confirma la enseñanza de Jesús de que es necesario que nos renovemos espiritualmente, que busquemos el reino de Dios por sobre todas las cosas, y que encontremos nuestro verdadero ser como hijos de Dios. Tan solo el comenzar a descubrir este ser real y espiritual, tiene como resultado la curación física y moral.
Obviamente, el aprender que somos las creaciones completamente espirituales de un Dios perfecto, no es un proyecto a corto plazo. Requiere que purifiquemos y espiritualicemos a diario nuestro pensamiento mediante la oración, y vivamos esa oración aún más profundamente expresando cualidades cristianas tal como perdón, humildad y amor.
Cuando los Científicos Cristianos se enferman, recurren a Dios con todo su corazón. Consideran que el uso de remedios o terapias materiales es contrario a la comprensión de esa perfección presente y espiritual que sana. Podríamos decir que su estudio de la Biblia y de Ciencia y Salud es su medicina, porque los pone en armonía con el poder sanador de la Mente divina, y no tienen que preocuparse de tomar una sobredosis. Quienes quieren apoyarse únicamente en Dios para la curación, pueden llamar a un practicista de la Ciencia Cristiana y pedirle que los ayude con su oración. De ser necesario, también pueden solicitar el cuidado de un enfermero de la Ciencia Cristiana para que los bañe, alimente o ponga vendajes.
Miembros de muchas religiones están practicando la curación espiritual hoy en día. Dentro de la profesión médica, así como en la sociedad en general, hay un creciente reconocimiento del poder sanador de la oración. Lenta pero constantemente, la gente se está apartando del punto de vista y tratamiento puramente materialista de sanar el cuerpo. Durante este cambio de pensamiento que se está produciendo, la Ciencia Cristiana tiene una contribución muy especial que hacer a la búsqueda de curación eficaz que está haciendo la humanidad. Durante más de cien años, los Científicos Cristianos se han apoyado únicamente en el tratamiento espiritual mediante la oración, en lugar de emplear una combinación de métodos espirituales y materiales. Véanse los informes de curaciones en esta revista que demuestran los tipos de curaciones que se han obtenido y reportado ininterrumpidamente.
No todas las curaciones son rápidas, y el registro no ha sido perfecto. Como los discípulos de Jesús, los Científicos Cristianos reconocen que les queda un largo camino por recorrer para poder siquiera acercarse al ejemplo del Maestro. Pero ellos han descubierto que el percibir, afirmar y vivir la verdad del ser espiritual siempre ha producido resultados confiables, hasta en la curación de las enfermedades para las que la medicina no tiene cura. Ellos eligen este método de confiar radicalmente en Dios, porque encuentran que los beneficios que trae — una creciente consciencia espiritual y liberación del temor — son verdaderamente "una perla preciosa". Mateo 13:46.
Muchos malentienden el método de curación de la Ciencia Cristiana. ¿Acaso no será que la humanidad todavía tiene mucho que aprender de las curaciones que realizó Jesús mediante la oración? Tal vez encontremos la paciencia y la humildad para respetar el camino que cada uno elija para lograr la salud, y confiemos en que Dios continuará mostrándonos a todos el camino para salir del sufrimiento que Su gran amor nunca planeó para nosotros.
