Recuerdo Haber Visto este mensaje en los escritorios de varias personas a quienes admiraba y respetaba mucho. Cada placa decía: PRIMERO DIOS.
A primera vista parece fácil de interpretar: “No importa lo que hagamos, pongamos a Dios primero”. Un buen consejo para todos. Pero si uno quiere ver más allá, las palabras PRIMERO DIOS se convierten en los sujetalibros de una enciclopedia muy valiosa.
Por ejemplo, las palabras PRIMERO DIOS indican que Dios es nuestro Creador, nuestro primer Padre. “Lo primero fue Dios, la Mente inmortal, el Padre de todo”, escribe Mary Baker Eddy.La unidad del bien, pág. 35. Identificamos a Dios como el creador del hombre basándonos en la autoridad de la Biblia, como cuando Cristo Jesús dijo: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”. Juan 3:8.
Dado que nuestro Padre, la Mente inmortal, no pudo crear nada desemejante a Sí mismo, nosotros no podemos incluir nada desemejante a la Mente. Podemos vernos y sentirnos como meros mortales, pero las apariencias son engañosas. Puesto que nuestra paternidad y maternidad es de Dios, podemos afirmar que la Mente inmortal es nuestra única consciencia. La bondad de Dios es todo lo que la imagen de Dios es, nuestro verdadero ser. Saber esto da a la vida humana un significado celestial, y nos ayuda a vestirnos “del nuevo hombre” que según describe Pablo es “creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Efes. 4:24.
La naturaleza espiritual del hombre era muy clara para una estudiante de secundaria. “Este año estamos estudiando biología”, escribió ella, “y la profesora dice que el hombre está compuesto enteramente de átomos y moléculas. ¿Pero quién escuchó alguna vez de un átomo generoso o una molécula sincera? ¿Cómo puede el hombre ser totalmente material?”
Las palabras PRIMERO DIOS tienen también otros significados. La Sra. Eddy nos exhorta a hacer de Dios nuestro “primer amigo”. Ella escribe: “Hermano, hermana, amados en el Señor, ¿te conoces a ti mismo, y te has amistado con Dios? Si no, te ruego como Científico Cristiano, no tardes en hacer de Él tu primer amigo”.Escritos Misceláneos, pág. 151.
¿Acaso a veces no rehusamos manifestar afecto a otra persona por miedo a que nos lastimen? Tal sufrimiento es imposible cuando Dios es nuestro primer amigo. Entendemos que somos uno con el Amor divino e infinito, el que ciertamente no nos puede hacer sufrir. Y nuestro afecto es el reflejo del Amor divino, de modo que nosotros en realidad no podemos amar menos que Dios. Cuando Dios es nuestro primer amigo y lo expresamos a Él, siempre hay alguien que quiere ser nuestro amigo, porque Dios es el primer amor verdadero de todos.
Las palabras PRIMERO DIOS también declaran que Dios es el primer y único poder. La Verdad divina es una fuerza espiritual que destruye la ilusión del sentido mortal, y nos capacita para demostrar la voluntad de Dios en nuestra experiencia diaria. El tiempo no puede disminuir el poder de Dios, y el dinero tampoco puede aumentarlo. En vez de darnos más y mejor materia, el poder de Dios no da dominio sobre la materia.
Poco después de ascender al trono, el Rey Salomón sintió la presencia del poder protector de Dios. “Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por todas partes; pues ni hay adversarios, ni mal que temer”. 1 Reyes 5:4. Nosotros también podemos sentir paz en todas partes, si recordamos que la opinión humana, sea individual o colectiva, nunca puede cambiar la voluntad siempre buena que Dios expresa hacia el hombre. Sin el consentimiento lleno de ignorancia y apatía, la creencia falsa de la mente mortal nada puede hacer. Puesto que la Mente inmortal es el único poder, no existe otra mente que pueda envidiar ni interrumpir nuestro natural estado de bienaventuranza.
Cuando ponga de lado esta publicación y vuelva a sus quehaceres diarios, deje que las palabras PRIMERO DIOS sean su guía. Para la Mente única todo lo bueno y liberador es posible.