Se Le Ha Ocurrido pensar que, así como las mercancías en las tiendas llevan etiquetas para indicar sus características, nosotros, en ocasiones, también nos ponemos etiquetas? Y, a veces, estas etiquetas indican características de las que nos quisiéramos deshacer.
Hace un tiempo tuve que deshacerme de una de estas etiquetas. Ocurrió cuando recién había llegado a los Estados Unidos como inmigrante y entendía muy poco el inglés. Durante mucho tiempo había estado tratando de aprender el idioma. Además, asistía a los servicios religiosos en inglés de una filial de la iglesia de la Ciencia Cristiana. Como entendía muy poco el idioma, le pedí ayuda a una practicista de la Ciencia Cristiana, que es una persona que dedica todo su tiempo a ayudar a otros por medio de la oración, y en una ocasión me dijo que nada podía interrumpir el mensaje de Dios al hombre.
A la semana siguiente, tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de la Ciencia Cristiana en inglés, y me mantuve con ese pensamiento que me había dado la practicista. La conferencia trataba sobre las etiquetas de limitación que algunas veces usamos, las que deben ser eliminadas para dar lugar a que se manifieste nuestra verdadera identided como reflejo de Dios. Durante años me había puesto una etiqueta que decía: “Yo no hablo inglés”. Había estado limitando las posibilidades que Dios, como la Mente que todo lo sabe, nos ha dado. Esto me hizo ver la situación desde otro punto de vista, y en vez de verme como un mortal limitado comencé a reconocer la totalidad de Dios y mi verdadera identidad como Su imagen y semejanza, reflejando sabiduría e inteligencia. Esto me ayudó a entender la conferencia. En poco tiempo, comencé a entender y hablar mucho mejor el inglés y a los seis meses pude tener una entrevista en inglés para un nuevo trabajo y comencé a trabajar inmediatamente.
Esta experiencia me hizo ver que necesitaba cambiar el concepto que tenía de mí mismo: tenía que mirar en otra dirección, como los discípulos de Jesús tuvieron que hacerlo en una oportunidad. La Biblia relata que en una ocasión, después de que Cristo Jesús hubo resucitado, sus discípulos se fueron a pescar y pasaron toda la noche sin pescar nada. Cuando iba amaneciendo se les presentó Jesús, aunque ellos no sabían que era él, y les preguntó si tenían algo de comer. Cuando le respondieron que no, Jesús les dijo: “Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis”. Mateo 5: 48. Hicieron esto y así pudieron recoger una abundante pesca.
Hay ocasiones en que tratamos de resolver una situación solamente de una forma y no tenemos éxito, como los discípulos, que quizás pensaron que si a la izquierda de la barca no había peces tampoco los habría a la derecha. Pero muchas veces, todo lo que se necesita es abrir el pensamiento a lo que Dios tiene para decirnos, para que la situación se resuelva a Su manera.
La Ciencia Cristiana nos enseña a abrir el pensamiento. A través de su estudio podemos aprender que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, como nos dice la Biblia en el primer capítulo del Génesis. Ese hombre, cuya naturaleza es espiritual y perfecta, es nuestra verdadera identidad.
Pero cuántas veces las etiquetas impuestas por la educación tratarían de limitar esta identidad. Una etiqueta incorrecta no representa la verdad, y la etiqueta que indica que el hombre es mortal no representa la verdad acerca del hombre. De igual manera, cuando vemos que a un frasco de perfume le han puesto una etiqueta que dice que es café, ¿cuál es nuestra reacción? Reconocer que lo que dice la etiqueta es falso. Asimismo, al aparecer en nuestra vida alguna etiqueta que limita y falsmente propone que nuestra identidad es material, podemos rechazarla y aceptar que somos hijos de Dios, y como tales, solo podemos reflejar el bien en nuestro pensamiento y acción.
Esto no es difícil de lograr. A medida que comprendemos mejor la naturaleza de Dios a través del estudio de la Biblia y de las publicaciones de la Ciencia Cristiana, y vivimos estas enseñanzas, nos vamos regenerando, nos sanamos y crecemos espiritualmente. La Sra. Eddy lo dice muy bien en Ciencia y Salud: “Por medio del arrepentimiento, el bautismo espiritual y la regeneración, los mortales se despojan de sus creencias materiales y de su falsa individualidad”. Ciencia y Salud, pág. 242.
A través del estudio diario de la Ciencia Cristiana, que me dio un mayor entendimiento espiritual, pude disfrutar de muchas bendiciones. Entre ellas, pude obtener un mejor empleo donde algunas veces actué de intérprete para personas que no hablaban inglés y venían a la ofician donde yo trabajaba, y también pude ser un miembro más activo en la iglesia filial de Cristo, Científico, donde llegué a ocupar diferentes cargos.
Al reconocer la supremacía de Dios, el bien, cada día podemos ir percibiendo más la luz de la Verdad en nuestros caminos, y así llegar a eliminar todas las etiquetas incorrectas que nos hemos impuesto y reconocer nuestra verdadera identidad.
