Había Estado Despierta toda la noche considerando los pros y los contras. ¿Sería realmente apropiado para mí ese trabajo? ¿Estaba yo lo suficientemente capacitada para hacerlo bien? ¿Sería adecuada la remuneración? ¿Estaría en conflicto con las necesidades de nuestra joven familia? Tenía que dar una respuesta definitiva a las diez, esa misma mañana, y al amanecer, después de pasar la noche formulándome toda una serie de preguntas y de orar, ni siquiera sabía la respuesta.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!