Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Cuando Mi Esposo falleció...

Del número de junio de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Mi Esposo falleció súbita e inesperadamente en 1958, acabábamos de construir una casa nueva. Nuestro hijo tenía once años. En aquel momento yo estaba trabajando, pero mis ingresos no eran suficientes para cubrir todos los gastos que teníamos en esa nueva casa. Era necesario que ganara algo más, entonces tenía tres trabajos.

La dificultad duró muchos meses. Tuve la bendición de tener una madre que era devota estudiante de la Ciencia Cristiana. Ella me alentaba mucho, dándome a menudo para que leyera algún versículo de la Biblia y pasajes de Ciencia y Salud. Yo oraba diariamente, y estos libros eran mi constante compañía. A pesar de que mi hijo sólo tenía once años, siempre traía de la Escuela Dominical a la casa una declaración de la verdad que sabía que me ayudaría.

Un miércoles tuve un gran deseo de asistir a la reunión de testimonios en la iglesia filial que estaba al otro lado de la ciudad donde yo vivía. Me pregunté si era inteligente gastar dinero en la gasolina, pero a pesar de eso decidí ir.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / junio de 1997

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.