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Nuestra vida no está gobernada por horóscopos, sino por Dios

Del número de junio de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace Unos Días, ni bien abrí el diario vi en la pagina central una encuesta sobre los horóscopos que mostraba un porcentaje altísimo de personas que los consultan diariamente. Días después voy a hacer unas compras y en el negocio escucho a alguien decir a otra persona que todo lo que le pasaba era porque era de tal signo. Y finalmente otro día enciendo el televisor y lo primero que escucho es el horóscopo para ese día y para los nacidos en ese mes.

La humanidad, en su afán por encontrar la causa de todo lo que ocurre, comenzó atribuyendo una buena cosecha a un dios especial y el fracaso de un amor a otro dios. Incluso, la falta de lluvia podría ser provocada por un dios enfadado, como lo muestra el concepto que este escritor bíblico tenía de Dios cuando dice: "Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del campamento". Núm. 11:1.

Pero, ¿es Dios una personalidad humana con un temperamento propenso a la ira, o es que estamos encarando la tarea imposible de poner dentro de moldes humanos algo que es divino y espiritual?

Quizás, nuestra mirada deba tornarse en otra dirección. La Sra. Eddy dice en Ciencia y Salud: "La creencia en una base material, de la cual pueda deducirse toda racionalidad, va cediendo poco a poco a la idea de una base metafísica, volviéndose de la materia hacia la Mente como causa de todo efecto".Ciencia y Salud, pág. 268.

La oración nos ayuda a volvernos a Dios para reconocerlo como causa única, como la fuente de toda armonía, perfección y gobierno perfecto. La oración nos ayuda a partir en nuestro razonamiento de una causa espiritual, para arribar a un efecto también espiritual. De esta manera se puede ver que Dios es la fuente de todo el bien siempre presente y que abraza con Su amor a todas Sus ideas.

El hombre real es una idea creada por Dios. El hombre no está sujeto a la influencia de fechas o planetas para que le traigan buena o mala "suerte", porque el hombre vive eternamente en la Mente divina, que es en realidad la única influencia que él tiene.

Job, el famoso personaje de la Biblia, parecía haber tenido "buena suerte". Había llegado a tener grandes posesiones y una gran fortuna. Pero todo su bienestar, que había estado basado en la materia, comienza a desmoronarse, y en su desilusión llega a decir: "Perezca el día en que yo nací, y la noche en que se dijo: Varón es concebido". Job 3:3.

Finalmente, luego de una larga lucha en su consciencia, reconoce que Dios es su fuente única y dice: "Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven". Job 42:2, 5.

Es interesante leer esta historia porque se ve que, como resultado de una regeneración espiritual, Job finalmente llega a tener el doble de posesiones de lo que tenía antes. Este conocimiento más espiritual de Dios lo capacitó para ver más la abundancia del Espíritu, como Principio gobernante del universo.

Recuerdo que cuando yo trabajaba en una oficina, una empleada de mi sección todos los días miraba el horóscopo y luego actuaba según lo que éste decía: estaba contenta si así lo decía o se cuidaba si predecía algo malo.

Un día llegó muy preocupada porque no había podido leer su horóscopo. Otro empleado le dijo en broma que tuviera cuidado porque el horóscopo de ella decía que iba a tener un día muy difícil. Durante un buen rato estuvo muy angustiada, sin hacer sus tareas, hasta que el compañero le dijo que todo había sido una broma, que en realidad el horóscopo decía lo opuesto. Fue interesante ver que eso bastó para que de ahí en adelante nunca más se basara en los horóscopos.

Muchas veces, buscar ayuda en un horóscopo fortalece el sentido de justificación propia, porque es mucho más fácil aceptar que tal o cual signo tiene un poder incuestionable sobre cierta actitud de uno, en lugar de tratar de cambiar, para que tal actitud nos deje de hacer infelices a nosotros o a los que nos rodean. La justificación propia refuerza una falsa visión acerca de nuestro ser, y nos limita en nuestro progreso espiritual.

Asimismo, aceptar los horóscopos entraña una forma de conformismo, porque puede que nos lleve a aceptar las limitaciones humanas como insalvables.

Las sugestiones que nos presentan los horóscopos nos hacen volver la mirada hacia las características personales en vez de mirar hacia la realidad de Dios como la fuente infinita de todo el ser, y al hombre real como la manifestación de Dios.

La Biblia nos da un hermoso mensaje: "Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios". Salmo 90:1, 2.

Dios es el bien infinito, el Padre-Madre que ama a todas Sus ideas, incluso el hombre, y Su manifestación está permanentemente gozosa, morando en armonía. La oración nos abre las puertas para poder percibir el bien infinito, y el cuidado armonioso y la libertad que emana de Dios. Así, en pasos espiritualmente ascendentes, llegamos a ver que el Altísimo es nuestro creador y única influencia, y que moramos siempre en Él, como lo dice el salmista: "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente". Salmo 91:1.

¿En qué otro lugar podemos estar sino bajo Su influencia gozosa y única?

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