En Diciembre De 1996 se celebró en Boston el segundo Simposio Anual sobre "La espiritualidad y la curación en la medicina", organizado por la Facultad de Medicina de Harvard y el Instituto Médico la Mente y el Cuerpo del Hospital Diaconisa. Entre los asistentes había médicos, psicólogos, enfermeros, profesionales que se dedican al cuidado de la salud, trabajadores sociales, miembros del clero y gente interesada en la curación espiritual.
En su libro Timeless Healing: The Power and Biology of Belief (New York: Scribner, 1996), refiriéndose a los Científicos Cristianos el
pregunta: "¿Hay algo que podamos aprender de una comunidad que se apoya en la fe y no en pastillas y procedimientos [médicos]?Esta es su entrevista con el Heraldo.
El enfoque científico
"Cuando iniciamos estos cursos sobre la espiritualidad y la curación en la medicina, me sentí muy satisfecho y sorprendido con la respuesta que hubo", dijo el Dr. Benson. "Parece haber un anhelo por este tipo de síntesis".
"Es importante comprender que en la profesión médica nos entrenan para no aceptar nada que no se pueda probar científicamente. De modo que los médicos recibieron con agrado este enfoque científico a la espiritualidad. Era algo que querían pero que no se les permitía mezclar con su vida profesional, aunque tal vez fuera parte de su vida personal".
El Dr. Benson admitió inmediatamente que todavía existe mucha resistencia a los enfoques planteados en estos simposios. "Necesitamos tiempo para persuadir a mucha gente de que existe una ciencia detrás de todo esto. Y una de las cosas que ayudará a romper la resistencia es el hecho de que estos enfoques sobre el cuidado personal y la espiritualidad, tienen un costo-beneficio. La gente visita menos al médico".
El Dr. Benson dice: "Lo que es importante es la creencia, y eso es algo que la ciencia moderna nos está demostrando que se puede traducir en curación física. Pero ésa es tan sólo una dimensión de lo que la espiritualidad y la religiosidad nos brinda. Existen muchas otras dimensiones que trascienden la curación. Sin embargo, si reconocemos que para mucha gente la creencia más poderosa que tienen es la creencia en Dios, entonces la creencia se vuelve poderosa en sí misma. Y si la consideramos desde la perspectiva de la salud, nos encontramos en una situación donde sólo podemos beneficiarnos. Pero para la persona religiosa, ésta es tan sólo una de las dimensiones de Dios, y el hecho de haberla demostrado científicamente, sólo refuerza la fe de que ésta es la forma en que Dios ha decidido obrar. Es una reafirmación de nuestra creencia. Y no hay duda de que la creencia regenera y cambia vidas. La gente mira el mundo con otros ojos".
Cuidado personal
El Dr. Benson expresó su satisfacción con la amplia gama de creencias representadas en las conferencias de Harvard. "Creo que cuanto más fuerte sea la creencia, mayores probabilidades habrá de que haya curación, y digo esto desde un punto de vista científico. No hay nadie que lo haga más que los Científicos Cristianos que creen con tanta firmeza, que están dispuestos a no recurrir a los procedimientos médicos que otras personas aceptarían de inmediato".
El Dr. Benson continuó diciendo: "Siempre me ha interesado saber si Dios existe o no. Pero lo que me trajo a este punto fue la ciencia. En la práctica médica de hoy, la gente se está apoyando demasiado en los medicamentos, la cirugía y los procedimientos [médicos]. Mi deseo es que la gente asuma más responsabilidad por su propia salud y bienestar, y reconozca que sus creencias son muy importantes. Y para la mayoría de los estadounidenses no hay creencia más importante que la creencia en Dios. Y esa dimensión puede llegar a la medicina con una base científica".
En los comentarios que hizo durante la conferencia,
, Presidenta de La Junta Directiva de la Ciencia Cristiana, dijo que más allá de la creencia hay una comprensión espiritual de Dios que es clave para la curación. He aquí algunos pasajes de su charla.• Es una alegría y privilegio para mí encontrarme e intercambiar ideas con tantos sanadores. Estoy muy emocionada por la cantidad de llamadas que he recibido de aquellos que asistieron a la conferencia el año pasado. Me encantaron las entrevistas que tuve con varios de los profesores desde entonces. Es maravilloso ver la creciente aceptación de la espiritualidad en la curación.
• Todos nosotros, cualquiera sea nuestra ocupación, estamos unidos por la oportunidad de superar dolencias y enfermedades. En cierto sentido, cada uno de nosotros aquí presentes ha encendido una vela. Estamos en una marcha silenciosa de libertad para continuar rompiendo la opresión del temor, el dolor y la pena.
• En mis oraciones incluyo tres puntos importantes:
Primero, saber qué es Dios; que Él es omnipotente, un Padre-Madre único todopoderoso y amoroso, que está siempre presente.
Segundo, conocer la inherente espiritualidad del hombre, como un ser totalmente espiritual y sano.
Y tercero, conocer la conexión entre Dios y el hombre, la relación que cada uno de nosotros tiene con Dios. Saber que esa relación es permanente y que las lesiones y el dolor no la pueden quebrantar. Yo estoy relacionada con Dios del mismo modo que un rayo de sol está relacionado con el sol.
• El tratamiento en la Ciencia Cristiana está a disposición de todos. No es necesario ser miembro de la Iglesia. Cualquiera puede llamar a los practicistas de la Ciencia Cristiana y visitarlos en sus oficinas. Los practicistas tratan a gente de una amplia variedad de religiones, y a quienes no tienen ningún tipo de afiliación religiosa.
• Para un practicista de la Ciencia Cristiana también es natural que lo consulte — pero no tratar a — alguien que actualmente está bajo tratamiento médico. Hay un respeto natural y ético, y un deseo de no interferir con el tratamiento médico. No obstante, los practicistas de la Ciencia Cristiana están a disposición para hablar y alentar a quien esté recibiendo atención médica, y compartir con él algunas percepciones espirituales, y permitirle que sienta los beneficios del amor de Dios.
• Es el amor tierno de Dios, que llena el pensamiento, lo que en realidad disminuye el temor y comienza a reemplazarlo con la esperanza, el calor, la alegría y finalmente no deja lugar en la consciencia humana para tener pensamientos de temor, dolor o enfermedad. Por lo tanto, a medida que la presencia y el poder de Dios aparecen en el pensamiento, el temor y las creencias en la enfermedad y la lesión ceden a lo que Dios conoce de cada uno de nosotros Sus hijos espirituales. El pensamiento del paciente, entonces, es el lugar donde se debe producir el cambio a fin de que se produzca la curación, la curación del temor, que es en realidad la curación de la enfermedad, de la inestabilidad o ansiedad profunda. La oración produce este cambio en la consciencia humana a medida que el individuo reconoce la salud y la libertad que le son propias.
• La gente que sufre o tiene dolores tiende a sentirse separada, sola, fuera de control, desalentada, de algún modo apartada de Dios. Puede que para ellos la enfermedad sea su mundo, y que los absorba por completo. Para muchos hasta se transforma en parte de su identidad. Hablan acerca de "mi cáncer", "mi artritis", "mi dolor de espalda", "mi depresión".
• La oración no es una estrategia ofensiva contra algo que pertenece al paciente. Es el humilde reconocimiento y exploración de lo que Jesús simplemente llamó "El reino de Dios... que está dentro de nosotros" (Lucas 17:21). Es descubrir la salud espiritual innata del hombre. Ciencia y Salud lo expresa así: "La oración no puede cambiar la Ciencia del ser, pero sí tiende a ponernos en armonía con ella" (pág. 2).
• La salud, entonces, no es algo que obtenemos, algo que nosotros tenemos y otros no tienen, que podemos ganar o perder. Y ciertamente no es tan solo un intervalo placentero entre enfermedades. La salud es un aspecto de lo que somos, es nuestra naturaleza genuina y permanente como hijos espirituales de Dios. Es la expresión natural de la verdadera cualidad de ser hombre y mujer. Cuando sanamos mediante la oración, se transforma en norma; el estándar de nuestro pensamiento y ser; la evidencia de que existe una autoridad superior. Una vez demostrada no permitirá que volvamos a pensar que los modelos antiguos — los modelos de la enfermedad — son normales o naturales.
• Espero haberles dado por lo menos una idea de la libertad que la oración me ha traído a mí y a cientos de miles que se han apoyado en ella para obtener una curación física.