Soy un chico de 14 años, y mi abuelo es Científico Cristiano. Desde que yo era muy pequeño siempre que me sentía mal, o tenía fiebre, le pedía a mi madre que llamara a mi abuelo. Él venía y arábamos juntos, me hablaba de Dios y de Su inmenso amor, y al poco rato ya me sentía bien. Ahora también oramos con mi hermana para beneficiarnos de nuestra oraciones.
Islas Baleares
En agosto del 96, una noche mi papá se descompuso del estómago, sintiéndose mal. Yo estaba en la cama y empecé a orar diciendo el Padre Nuestro, y luego él si puso mejor. [Tiene 9 años y concurre a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana.]
Rosario, Argentina
Una tarde estaba viendo televisión en la casa de mi vecina, con mis hermanos, y me empezó a doler el oído. Cuando terminó la película nos volvimos a casa. Empecé a orar con la Biblia y el libro Ciencia y Salud, y cuando volvieron mis papás del viaje yo ya estaba curada.
El Dorado, Argentina
Yo tenía una prueba de inglés en la que me iban a tomar el orden en que se escribe una carta. Cuando llegué a ese ejercicio estaba por empezar a escribir y me di cuenta de que me había olvidado todo. Primero tuve mucho miedo y me puse nerviosa porque no quería dejar ningún ejercicio incompleto. Pero después pensé que existe una sola Mente que lo sabe todo y que si reflejamos a la Mente divina no nos podemos olvidar de nada. Después me acordé del cartel que había en la iglesia a la que asisto, y que dice: "El Amor divino siempre ha respondido y siempre responderá a toda necesidad humana" (véase Ciencia y Salud, pág. 494). Comprendí que Dios siempre nos ayuda, cualquiera sea el problema, y supe que iba a poder contestar ese ejercicio.
Otra vez iba a tener una prueba de matemáticas y no entendía muy bien el tema, así que le pedí ayuda a mi papá. Él me explicó el tema e hicimos ejercicios. Cuando terminamos, mi papá tomó una Biblia y buscó en 2 Corintios 3:4–5, y me hizo leer. No presté mucha atención a lo que leía. El día anterior a la prueba estaba yendo al colegio con mi papá y me repitió este pasaje, que dice: "Tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios". Esta vez pensé en lo que mi papá me estaba diciendo y me di cuenta de lo que quería decir. No es que uno como persona sea inteligente de por sí, sino que la inteligencia proviene de Dios y la reflejamos de Él.
El día de la prueba tenía mucho miedo, pero antes de empezar pensé otra vez en las palabras de Pablo. Hice la prueba, y cuando me dieron el resultado había sacado 10. Realmente nuestra capacidad proviene de Dios.
Buenos Aires, Argentina
Tengo 11 años. Dios es mi Padre — Madre. Él me cuida, me protege y me ama. En Él no hay enfermedad ni muerte. Pero sí hay bien y curación porque Él es Amor. Yo soy Su hija y le obedezco y Él me enseña y me da el bien, no el mal. Una madrugada tenía mucha tos y mi mamá me llevó a su cama. Yo pensé que era la hija de Dios y que Él me ama, y que por lo tanto esa tos era falsa y Dios no la quería para mí. Después me quedé dormida y la tos se fue. Estoy muy agradecida a Dios por esta curación y por todo lo que me da.
Rosario, Argentina
Una madrugada me desperté llorando con un fuerte dolor de oído. Mi mamá oró por mí, y luego me puse a cantar un himno del Himnario de la Ciencia Cristiana, lo que me hizo muy bien, y al cabo de un rato me quedé profundamente dormida. El dolor se había ido. Agradezco por esta curación, por conocer la Ciencia Cristiana, y por poder poner en práctica lo bueno que nos enseña: que Dios es Amor y que nos cuida y protege.
Rosario, Argentina