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Mi Interés En...

Del número de julio de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mi Interés En la Ciencia Cristiana era básicamente intelectual. Esperaba encontrar algunas respuestas a mis preguntas de los estudios bíblicos que estaba haciendo, y de las historias de la Biblia en general. Al mismo tiempo, las principales ideas de la Ciencia Cristiana, y la curación espiritual misma, me resultaban bastante incomprensibles.

Pero, para mi sorpresa, muy pronto me vi estudiando Ciencia y Salud. Al poco tiempo, descubrí que la luz de la revelación estaba brillando sobre mí, dando sentido a mi existencia y fortaleza para tratar con los problemas diarios. Al reflexionar sobre la "declaración científica del ser" (pág. 468), comencé a ver todo lo que me rodeaba de una manera diferente. Lo que parecían ser circunstancias infelices o carentes de suerte, se volvieron insustanciales para mí, simple error, que se presenta como real.

Como resultado de la oración, comencé a descubrir mi propio potencial...

Comprendí que puesto que "el Espíritu es lo real y eterno; la materia es lo irreal y temporal", como dice la declaración, la vida no puede tener un propósito miserable ni ser infeliz. Somos los hijos de Dios, y nuestras vidas no se pueden perder. Esta revelación cambió mi actitud frente a la vida por completo. Ahora estoy seguro de que no hay lugar para la infelicidad en el reino de Dios. Esto es sin duda una fuente de bien ilimitado para mí, como lo es para toda la creación de Dios.

Como resultado de la oración, comencé a descubrir mi propio potencial, me tranquilicé, y gané confianza en mis habilidades. Sentí el deseo de hacer un trabajo productivo. La depresión que había sentido de vez en cuando a lo largo de muchos años, desapareció.

Mi oración por las relaciones familiares fue particularmente útil. Sentía la urgente necesidad de mejorar y fortalecer nuestras relaciones familiares, que se habían deteriorado por problemas de relación y situaciones conflictivas.

"La Verdad y el Amor se acercan más en la hora de angustia, cuando la fe firme o la fuerza espiritual lucha y prevalece porque se comprende a Dios... Para el Amor infinito, siempre presente, todo es Amor, y no hay ningún error, ningún pecado ni enfermedad ni muerte" (Ciencia y Salud, pág. 567). Mi comprensión de que la ley del Amor de Dios es la base de toda relación sólida trajo más paz y amor a mi familia. Mis pensamientos estaban a tono con la declaración de Jeremías en la Biblia: "Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos" (32:39).

Estoy muy agradecido que la Ciencia Cristiana sea ahora parte de mi vida, y me esté ayudando a ver el lugar que ocupo en el mundo, y me brinde el poder de la curación espiritual. Siento que ahora mi vida está llena del bien infinito, que es una expresión del amor eterno de Dios.



La Iglesia Madre
es La Primera Iglesia de Cristo, Científico,
en Boston, Massachusetts.
Sus filiales se denominan Iglesias de Cristo,
Científico, y Sociedades de la Ciencia Cristiana.

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