Toda Mi Vida busqué la plenitud, y esto me llevó por muchos caminos. La busqué en la promiscuidad, las drogas, el alcohol, el matrimonio, los niños, y una serie de terapias de auto ayuda, entre ellas la psiquiatría. Nada de esto satisfizo jamás mi necesidad de plenitud. El encontrar Ciencia y Salud en la biblioteca local marcó el "principio del fin" de mi búsqueda.
Aunque sentí que había dado mi espalda a las enseñanzas de la religión en que fui educada, éstas habían tenido un efecto trascendental en mi vida y la forma en que yo la veía. Conocer la Ciencia Cristiana me brindó una nueva oportunidad para entender verdaderamente a Dios y al hombre.
Que Dios conocía tanto el bien como el mal, y que Él estaba separado del hombre, quien también conocía el bien y el mal, y era un pecador que tenía que redimirse a sí mismo, eran sólo algunos de los conceptos que yo sostenía. Fui capaz de reemplazar estos conceptos con la verdad que me era revelada constantemente por medio de la oración y el estudio de la Biblia y Ciencia y Salud. Las ideas liberadoras de estos dos libros cambiaron mi pensamiento y produjeron curaciones.
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