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Perspectivas de un médico sobre la curación cristiana

Segunda parte

Del número de julio de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Dr. William Reed, médico y cirujano, ha dedicado los últimos cincuenta años a una misión muy especial: ayudar a cerrar la brecha que existe entre el mundo de la medicina y la curación cristiana. En sus libros y las numerosas conferencias que presenta en todo el mundo, hace el conmovedor llamamiento de comprender y satisfacer las necesidades espirituales de los pacientes. A través de la Fundación Cristiana de Medicina, en Tampa, Florida, fundada en 1962, él reúne a miles de médicos y enfermeros que quieren introducir la oración cristiana a la práctica médica.

El Dr. Reed escribe que la sociedad necesita desesperadamente una nueva medicina para el futuro, que tenga como tema central una mayor orientación del médico y el paciente hacia Dios, a través de Cristo Jesús y del Espíritu Santo... La gente debe escuchar la verdad de que "Jesús sana hoy"... Los médicos cristianos... deben decir a sus pacientes que "puede que parezca que nosotros somos sanadores, pero que en realidad es Dios el que sana a los enfermos" (Surgery of the Soul: Healing the Whole Person — Spirit, Mind and Body).Surgery of the Soul (Tampa; Florida: Christian Medical Foundation, Inc., 1995).

En la Primera parte de esta entrevista que se publicó en el Heraldo de junio, el Dr. Reed afirma que la medicina tradicional es limitada porque trata al hombre tan sólo como mente y cuerpo (psicosomático); dice que lo que se necesita es tratar al hombre como espíritu, además de mente y cuerpo. También dice que la transformación que se produce en el pensamiento impulsada por el Cristo, es esencial para la curación, destacando que la curación espiritual no puede ocurrir únicamente a nivel de la mente humana. En esta entrevista, el Dr. Reed habla sobre la dirección que está tomando este movimiento.

Le gustaría describir con más detalle una curación espiritual que usted mencionó y en la que estuvo involucrado?

Tengo una paciente que ahora tiene probablemente entre ochenta y cuatro u ochenta y cinco años, que vino a mi oficina a verme con un cáncer recurrente. Había estado recibiendo tratamiento de un médico en tumores. En esa época ella tenía sesenta y dos años. Le dije que ninguna operación podía sanarla, pero que su esposo y yo iríamos al edificio de la Fundación Cristiana de Medicina donde está la capilla, y oraríamos por ella pidiéndole al Cristo que la sanara. Cuando oré por ella no sentí que estuviera ocurriendo nada. Pero le dije que volviera a las dos semanas, y era obvio que el tumor estaba disminuyendo. Ella es austríaca y se fue a Austria, creo que para despedirse de su gente. Pero ella mejoró tanto que uno de sus parientes que era médico le dijo que dejara la quimoterapia. Cuando regresó la examiné y el tumor había desaparecido, y nunca ha regresado.

En una ocasión un predicador pentecostal me vino a ver para que le amputara la pierna porque tenía una seria infección en un pie. Le dije: "Antes de ir al hospital, ¿por qué no oramos?" Después de que oré por él, me dijo: "Usted sabe, yo creo que Jesús me ha sanado". Y el dolor desapareció, ese dolor insoportable que tenía en el pie. Eso ocurrió en 1976, y él ahora tiene ochenta y dos años. Hace poco, tuvo problemas con su pierna, pero por casi veinte años él ha estado libre de dolor, y no tuve que amputarle la pierna.

¿Cómo podemos dudar de este poder superior?

¿Cómo se pueden abrir los vasos sanguíneos? ¿Y cómo pueden las células cancerosas dejar de ser letales? Algo ocurre. Es lo que San Pablo dice del poder de la resurrección de Jesús: "... conocerle y el poder de su resurrección" (Filip. 3:10). Pablo dice que el poder que resucitó a Jesús de la tumba también "vivificará" — o dará vida — a nuestros cuerpos mortales (Rom. 8:11). No hay forma de describirlo. No es mi fuerza. No es mi habilidad para sanar. Sino la del Cristo.

¿Ha considerado alguna vez dedicarse totalmente al ministerio espiritual?

Eso es en gran parte lo que estoy haciendo ahora. Mi práctica médica está principalmente dirigida al paciente que está "desahuciado médicamente". También dirijo servicios semanales los martes en la capilla de la Fundación Cristiana de Medicina. Primero doy una conferencia sobre la comprensión de la Palabra de Dios, y la curación de la persona en su totalidad; luego hay una oportunidad para sanar en el altar, imponiendo las manos y ungiendo, que son los métodos del Nuevo Testamento. En promedio, asisten cien personas, la mayoría de las cuales están desalentadas o no tienen esperanza. Y para nosotros no hace ninguna diferencia a qué denominación religiosa pertenecen. No les ponemos rótulos ni tampoco tenemos uno.

¿Diría usted que son un movimiento?

Es más una acción, una acción de Dios. Tampoco pienso que la Ciencia Cristiana es un movimiento; yo creo que es la mano de Dios en acción en un momento en que la gente está cada vez más desesperada por encontrar respuestas, y no las está obteniendo por los canales comunes.

Hacia dónde cree usted que se dirige la curación espiritual?

En realidad, lo que ocurrió en diciembre último en Boston en el simposio de Harvard sobre "La espiritualidad y la curación en la medicina", es una buena acción en la dirección correcta. La Fundación Cristiana de Medicina de Canadá, en unión con un grupo llamado Isaías 40, que es una organización sanadora laica de Quebec, está tratando de determinar cómo integrar el cristianismo vital con la práctica de la medicina y la psiquiatría. Hemos tenido reuniones con médicos en todos los Estados Unidos, Canadá y en el exterior, desde 1960. De modo que lo hemos intentado por nuestra propia cuenta, pero hay resistencia. El hombre psicosomático siempre se va a resistir porque la mente carnal es muerte. Y prefiere la muerte en lugar de la vida.

En las Iglesias episcopal y anglicana hay mucho más interés en considerar el aspecto espiritual de la curación que antes. Y hay gran actividad en las iglesias pentecostales. Pero en realidad hoy en día no se pueden categorizar las denominaciones religiosas. En el momento que uno dice que la gente no cree en la curación cristiana, uno descubre que están haciendo averiguaciones al respecto, en particular como resultado de la conferencia de Harvard. Hay un gran debate hoy en día en la mente de un montón de gente sobre si vamos a ser gente de la Palabra o gente de la mente carnal. Yo veo que el péndulo se está movimiento en dirección a lo espiritual. Y pienso que es un signo de que nos estamos acercando al año 2000, y algo va a ocurrir.

Por qué dice eso?

Históricamente, las cosas se mueven en ciclos de 2000 años. Y yo pienso que estamos por entrar en un ciclo en el cual la verdadera espiritualidad será la fuerza propulsora de la nueva medicina. No creo que vaya a estar orientado hacia la psiquiatría ni hacia las drogas, ni siquiera hacia la cirugía.

Cuando estuve en Guatemala en una misión médica en las montañas, tuvimos toda una larga fila de guatemaltecos que esperaban ayuda. Recuerdo una hermosa guatemalteca, tal vez tendría unos cuarenta o cincuenta años, con un hermoso vestido. Y ella tenía cáncer. Podríamos haber hecho cirugía o radiación destructivas o algo así, que no hubiera hecho mucho bien y habría agregado otro problema al que ya tenía. De modo que le dije al amigo que me servía de intérprete: "Dile que no podemos hacer nada quirúrgicamente, pero que oraremos, y le pediremos a Dios que intervenga".

Diría que en ese momento descubrí un grado más profundo de compasión que nunca había sentido, debido a la imposibilidad de la situación y de su fe como la de un niño y su apertura y belleza. Realmente, me maravilló. Cuando dejamos una misión sanadora, nunca sabemos lo que va a ocurrir. Pero con el pasar de los años, es sorprendente cómo escuchamos que la gente fue sanada. No me sorprendería saber que ella fue sanada.

Mire el mundo. El mundo está lleno de gente que se está muriendo. No tenemos suficientes hospitales, suficientes hospitales mentales, suficientes prisiones. Tenemos que tratar de ser más espirituales. Yo creo que se transformará realmente en una nueva era en Cristo Jesús.

¿Le parece a usted que, junto con este progreso, hay también otras cosas que no son buenas y que están saliendo a la superficie ahora?

En la Biblia, Timoteo dice que los que hacen mal y los que seducen serán cada vez peores. Creo que estamos viendo un aumento del mal, pero se está manifestando una fuerza contraria de bien, amor y vida. Cuanto más le volvamos la espalda a Dios, el bien, más mal tendremos. Pero cuando comencemos a ver que no hay suficientes píldoras ni operaciones para cuidar de las enfermedades del hombre, comenzaremos a buscar en otras direcciones y a preguntar ¿dónde podemos encontrar paz? No se la encuentra en el bar de la esquina; eso sólo plica las cosas. Tenemos que encontrarlo en el nivel espiritual. Y yo veo hombres y mujeres que están yendo en esa dirección. Puede que éste sea realmente el verdadero comienzo de la segunda venida del Cristo.

Esta revolución espiritual de la que habla, ¿ocurre en la medicina?

Desearía poder decir que estoy viendo que ocurre en la medicina. Pienso que mientras la medicina se vuelva menos y menos orientada hacia el médico y más orientada hacia las compañías de seguros y el gobierno, con la administración de la atención a la salud y cosas por el estilo, la medicina seguirá deteriorándose. Tengo esperanzas en el médico que puede llevar su fe a la cama del enfermo.

Yo siento que debo trabajar a través del sistema médico porque es donde estoy. Hace unos meses, hablé en Montreal y Toronto acerca del lugar que ocupa la oración en la medicina, y había muchos médicos y enfermeros jóvenes en esas conferencias. Pero yo no sé si vamos a poder modificar el reino de la medicina. Estoy seguro de que ocurrirán cosas muy buenas dentro del mismo, pero la estructura está establecida en una dirección estrictamente psicosomática.

Si dejamos a Jesús fuera, y dejamos de tener una capilla en el hospital donde pueda ir la gente enferma, y sólo tenemos un capellán para cuidar de seiscientos enfermos, el paciente no está obteniendo ayuda espiritual. Y a los enfermeros se les recomienda que no hagan proselitismo hablando de Dios.

En los años sesenta, usted tuvo durante dos años a su cargo un hospital cristiano experimental en Medford, Oregón. ¿Cómo describiría usted la atmósfera sanadora que necesitan los pacientes?

Tiene que ser un lugar lleno de belleza, quietud, paz, hermosa música, arte bello y un personal lleno de amor, cuidado y oración, desde el personal de más bajo nivel hasta los médicos, en todos los niveles. Un lugar con una capilla en el centro de su estructura, y un lugar donde se promueva la adoración a Dios y la oración tanto de parte del paciente como del personal. El hospital en Oregón era un lugar así, pero había mucha oposición, todo basado en una falta de comprensión entre las denominaciones religiosas, y había una gran oposición por parte del poder de la estructura médica. Pero hoy las cosas son más abiertas en este sentido que hace treinta años cuando nosotros lo intentamos.

En una ocasión leí un poema que decía que la curación es un fenómeno musical. Los pacientes simplemente tienen que afinar sus corazones y luego armonizar con el Señor, con el Espíritu Santo, permitiendo que todas las ansiedades, los temores y el negativismo se evaporen.

Cuando habla de una iglesia sanadora en su libro, ¿a qué se refiere?

En realidad, pienso que la Iglesia como yo la defino sería el cuerpo vital y viviente de Cristo que se manifiesta en los seres humanos en todo el mundo, sin importar a qué fe religiosa pertenecen. Son uno en Él.

Las personas que están comprometidas con la curación cristiana, forman parte de los grupos "Camps Farthest Out", están en el movimiento cristiano-ashram, están en la orden de San Lucas, una orden sanadora principalmente episcopal de ministros, médicos, enfermeros y gente laica. Estas son las áreas en que yo mismo he trabajado. Pero todos estos grupos ahora se están entremezclando. Son interdenominacionales, son protestantes, católicos, hasta judíos y judíos mesiánicos.

En los grupos médicos de la Fundación Cristiana de Medicina, comenzamos con media docena de médicos en 1960, y ahora tenemos cerca de cinco mil. Pero hay otros, un grupo en Tulsa, Oklahoma, que se llama "En Su imagen", por ejemplo, donde entrenan a los médicos generales con una instrucción cristiana. Muchos de nosotros iniciamos viajes misioneros, etc. Yo lo veo más como un echar raíces. No sé cómo se va a amalgamar todo, pero ocurrirá, se amalgamará,

Contempla a la humanidad llegando al punto en que la oración será la única forma de sanar, sin mezclar la medicina con la oración como está haciendo ahora?

Eso será el logro final. Esa es la forma que debería ser. Y ésa fue la intención. El reino de Dios. "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33), la curación, la bendición, todo lo demás. Tenemos que buscar Su reino. Y cuando lo hagamos, volveremos al jardín de Edén donde Dios es sublime y nosotros somos Sus criaturas y Él cuida de nosotros, como lo hace siempre. Pero lo que quiero decir es que llegará el tiempo en que todos los factores destructivos serán eliminados. Yo no sé cómo va a ocurrir, pero ocurrirá.

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