Cuando Se La Deja Libre, la mente humana puede centrarse demasiado en sí misma. Puede resistirse a cuidar o interesarse por alguien más. Se puede burlar de quienes brindan cuidados como el bondadoso y reverente pastor Abel, en el libro del Génesis en la Biblia. Hasta puede decir, en las palabras de Caín, quien asesinó a su hermano Abel: "¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?" Gén. 4:9.
Sin embargo, hay un punto de vista completamente diferente acerca de cuidar de los demás en el primer capítulo del Génesis, que habla de la bondad de toda la creación y cómo todas las ideas de Dios se relacionan unas con otras. La Sra. Eddy describe este cuidado en su comentario sobre el Génesis. "Los ricos en espíritu ayudan a los pobres en una gran hermandad, teniendo todos el mismo Principio, o Padre"; ella escribe: "y bendito es el hombre que ve la necesidad de su hermano y la satisface, buscando el bien propio en el ajeno".Ciencia y Salud, pág. 518.
El Antiguo Testamento relata la historia de muchos de los primeros israelitas quienes, en mayores o menores formas, representan esta clase de cuidado compasivo e impulsado por Dios. Por ejemplo, Noé por escuchar a Dios, salva a su familia y a numerosas criaturas, evitando que mueran en una inundación que hace desaparecer al resto de la civilización.
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