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ORACIÓN EN LA AUTOPISTA

Del número de julio de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Me Gustaría Resumir con estas palabras nuestra relación con la ley de Dios. Si obedecemos y cumplimos los Mandamientos, los Mandamientos nos protegen y preservan. Para mí esto significa que si conocemos lo que Su ley comprende, debemos vivir en conformidad con ella. Si somos obedientes a la voluntad de Dios, experimentamos las bendiciones de la ley divina y estamos bajo la protección de Dios. Pero, ¿cómo reconocemos y encontramos a Dios, y qué debemos hacer para sentir que Él está cerca de nosotros?

Experimentamos la presencia y la realidad de Dios, el Espíritu, a través del Cristo, la Verdad. Esta consciencia del bien divino, nos capacita para percibir nuestra propia naturaleza espiritual como semejanza de Dios, el objeto de Su amor. Como hijos de Dios, podemos reclamar nuestro derecho a expresar las cualidades divinas tales como amor, verdad, gozo y bondad. Cualidades como éstas forman parte de nuestra herencia espiritual. También podemos acudir a Dios para satisfacer nuestras necesidades legítimas.

Puesto que Dios y el hombre coexisten, nuestro conocimiento de esta unidad con Dios, o Mente, nos libera del temor y nos muestra cómo vencer los problemas humanos. La Sra. Eddy nos dice en su obra La idea que los hombres tienen acerca de Dios: "La Mente, que gobierna el universo, gobierna cada acción del cuerpo tan directamente como mueve un planeta e impele los músculos del brazo".Idea, pág. 8.

Faltando aún un gran trecho para llegar, nuestro auto sufrió un desperfecto.. .

El conocimiento de la totalidad de Dios, o el bien, Su omnipotencia, supremacía y omnipresencia, es el cimiento espiritual sobre el cual edificamos. Nos capacita para oponernos con total convicción a todo lo que es desemejante a Dios, es decir, a todo lo que sugeriría que el hombre es material, limitado y mortal. A través de la oración podemos resistir y defendernos de tales creencias y reemplazarlas con lo sustancial, con pensamientos de Verdad.

Este poder para superar la falta de armonía y obtener el bien deseado, viene cuando persistentemente reconocemos y estamos conscientes de que la Mente divina nos gobierna y nos guía, y no permitimos albergar la más mínima duda acerca del gobierno de Dios. A medida que confiamos en la guía de Cristo y obtenemos mayor comprensión espiritual, hallamos que la armonía, la salud, la perfección, nuestro estado completo, se manifiesta en nuestra vida. Una experiencia que tuvimos con mi esposo hace unos años, cuando viajábamos en el auto de regreso a casa, al final de nuestras vacaciones de verano, ilustra este punto.

Poco antes de iniciar nuestras vacaciones, una amiga me regaló el libro Escritos Misceláneos escrito por la Sra. Eddy. Tuve suficiente tiempo en las vacaciones para leer este libro autorizado, de principio a fin. Contiene una diversidad de ideas maravillosas y enseñanzas espirituales prácticas, que produjeron en mí una poderosa impresión que permaneció vivida en mi pensamiento por mucho tiempo.

Durante el viaje de regreso a casa, faltando aún un gran trecho para llegar, nuestro auto sufrió un desperfecto. Mi esposo se mostró preocupado, y apenas podía comprender cómo podía yo confiar en Dios, y sentirme tan confiada y segura de que el problema se solucionaría.

Cuando sucedió seso, estábamos en la autopista atravesando un tramo aparentemente interminable de bosques. La dificultad que tenía el auto pronto nos obligó a detenernos en una zona de descanso. ¿Cómo podríamos obtener ayuda allí? Debido a que el auto se podía arreglar levantándolo con una grúa o elevándolo de un lado con un gato, mi esposo trató infructuosamente de ponerlo en una posición angular con la ayuda de un tronco de árbol, para colocarse debajo y repararlo.

Mientras él hacía todas estas "maniobras", lo único que yo podía hacer era quedarme junto a él dispuesta a prestar ayuda y observar. Me sentía tan fortalecida con el contenido espiritual de Escritos Misceláneos, que a pesar de las dificultades que se presentaban, yo estaba segura de la presencia de Dios y que podíamos contar con su ayuda. Una declaración de Cristo Jesús fortaleció mi confianza: "Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis". Mateo 6:8. Más aún, en toda la Biblia y en Ciencia y Salud, se destaca la totalidad de Dios, el bien, ayer, hoy y mañana. De estas enseñanzas llegué a la conclusión de que aun en ese momento, ahí mismo en la zona de descanso en el bosque, todo el amor, toda la inteligencia, toda la ley de Dios sería válida y eficaz.

Mis pensamientos moraban en la realidad espiritual y esto fue de mucha ayuda. Como dice la Sra. Eddy en Escritos Misceláneos: "¡Qué gloriosa herencia se nos da mediante la comprensión del Amor omnipresente! Más no podemos pedir; más no podemos desear; más no podemos tener. Esta dulce seguridad es el 'Calla, enmudece' para todo temor humano, para el sufrimiento de toda clase". Esc. Mis., pág. 307.

Varios autos se detuvieron en la zona de descanso. Un hombre joven, robusto, de buen físico, se acercó a nosotros y nos ofreció su ayuda. Él no vio otra alternativa que levantar el auto físicamente del lado que estaba inclinado, formando un pequeño ángulo. Normalmente, esto sería algo muy peligroso y poco aconsejable de hacer. Pero nuestro auto no es como los fabricados en el Oeste. Puesto que su carrocería es de plástico, es un vehículo especial de peso liviano, un producto de lo que antes se llamaba Alemania Oriental. Estos autos, llamados "Trabants", son bien conocidos en nuestro país, ya que se prestan para esta clase de reparaciones que puede realizar uno mismo. Aun así no estábamos seguros de hacerlo. Pero él insistió, y consentimos. Mientras él sostenía el auto, mi esposo pudo deslizarse por debajo para arreglar el desperfecto. Pensé que era una tarea riesgosa, puesto que lleva bastante tiempo hacer una reparación de este tipo. Pero de inmediato oré para revertir este pensamiento, porque todo lo que es posible para dios, es también posible para el hombre como reflejo espiritual de Dios. La fuerza es natural en el hombre, y cada función del hombre real está gobernada por la Mente divina.

Sólo la oración nos guió a la solución de nuestro problema...

A medida que miraba como los dos hombres levantaban el auto, la siguiente frase del capítulo "La práctica de la Ciencia Cristiana" en nuestro libro de texto vino a mi pensamiento: "Sea cual fuere vuestro deber, lo podéis hacer sin perjudicaros".Ciencia y Salud, pág. 385. El joven sintió que era su deber ayudar a su "prójimo", y mi esposo, por su parte, sintió el deber imperativo de reparar el desperfecto del auto. ¡Qué gozo sentimos todos, cuando después de arduo trabajo, todo salió bien!

Recordando esta experiencia, creo que sólo la oración nos guió a la solución de nuestro problema en la aislada zona de descanso en el bosque. Fue la oración de una certeza inquebrantable en que Dios está cerca nuestro y que Su amor nos rodea.

Cuando nos damos cuenta de nuestra ineficacia y acudimos a Dios correcta y silenciosamente, estamos en comunión con Él, abrigando en nuestra consciencia sólo cualidades divinas, entonces nuestras expectativas se cumplen bajo Su ley de perfección y armonía. En nuestro caso, los felices resultados demostraron que Dios y el hombre son inseparables, que el Espíritu está siempre con nosotros.

Esta maravillosa realidad de la unidad del hombre con Dios, el Espíritu, puede ayudar a cualquier persona. Nos da esperanzas, sabemos que estamos a salvo y es una garantía de seguridad. Nuestro conocimiento de que Dios está con nosotros es una fuente inagotable de confianza, dondequiera que estemos y en cualquier situación en que nos encontremos.

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