Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Si ayudar resulta una carga

Del número de julio de 1997 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Se Encuentra Usted Preocupado de tener que cuidar de sus padres o de sus suegros? Las noticias nos informan que ha aumentado el número de gente joven que tiene la responsabilidad de cuidar de sus padres, así como de sus propias familias, además de sus trabajos. Aveces, esto puede parecer una responsabilidad enorme. Sin embargo, lo que parece ser una carga puede llegar a ser una dicha cuando nos damos cuenta de que Dios es el que cuida de cada uno de Sus hijos. Al apoyarnos en el poder sostenedor de Dios, podemos estar agradecidos cuando somos llamados para ayudar a otros.

"Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones", escribe Mary Baker Eddy.Ciencia y Salud, pág. vii. ¿Pero qué significa apoyarse en Dios? Entre otras cosas, significa tener plena confianza en su medio de provisión. Las bendiciones que recibimos al apoyarnos en Dios, entrañan crecer en nuestro entendimiento espiritual, en nuestra sabiduría, en nuestro valor, así como también en tener la confianza necesaria para dar los pasos apropiados y poder ayudar a alguien.

¡Puesto que es propio de la naturaleza de Dios mantener a Su idea espiritual, el hombre, no es posible encontrarse fuera de Su cuidado! Dios sostiene y conoce al hombre de Su creación, y el hombre espiritual expresa completamente a Dios en su vida. El amor que Dios tiene por Su creación es muy confiable. El hombre refleja al Amor divino en toda su integridad y belleza. El poder sanador del Amor nunca falla. Es este Amor que todo lo apoya, que está siempre presente para bendecir a aquellos que ayudan y a aquellos que reciben su ayuda.

Por más que demos algunos pasos prácticos para responder a la necesidad diaria de los demás, es muy importante mantener nuestro pensamiento en las verdades espirituales. Puede que nos preguntemos si estamos cuidando de un mortal con una necesidad, o si estamos amando y gozando de la idea espiritual de Dios. La Ciencia Cristiana nos advierte acerca de la importancia de retener el concepto de un Dios perfecto y un hombre perfecto en nuestro pensamiento. El hombre de Dios está siempre en la cima de la perfección, nunca se aparta de ella, ni trata de alcanzarla. La perfección del hombre es la verdad del ser, como Cristo Jesús lo demostró en su obra sanadora.

Hace algunos años, mi esposa y yo recibimos una llamada de sus padres pidiéndonos que nos mudáramos a la ciudad de ellos para poder cuidarlos. Ambos estuvimos de acuerdo, pero comenzamos a tener dudas a medida que la fecha en que nos teníamos que ir se aproximaba. Nos preguntábamos si nos habíamos comprometido en una situación que demandaba demasiada responsabilidad. Aceptar tal pedido significaba que ambos teníamos que renunciar a nuestros trabajos, vender nuestra casa, así como tener que dejar atrás a muchas amistades y otros familiares. Después nos preguntamos qué oportunidades nos traería esta experiencia si cuidábamos de sus padres. La respuesta fue ésta: oportunidades de hacer el bien en el nombre de Dios, y oportunidades de amar como lo enseñó Cristo Jesús.

A medida que algunas preguntas surgían en nuestro pensamiento, en momentos que nos preparábamos para irnos, nos dimos cuenta de que la oración nos había dado otras respuestas, que fueron útiles cuando nos encontramos con los padres de mi esposa. La respuesta más consoladora que recibimos fue que podíamos confiar en Dios para que conserve Su creación, porque Él es la fuente de toda inteligencia y acción. El Salmista escribe: "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente". Salmo 91:1. Nos esforzamos por responder con la oración, frente a cada desafío que se presentaba en nuestro camino, antes y después de nuestra mudanza, reconociendo el completo control que tiene Dios sobre todas las cosas. No fue siempre fácil, pero cada reto fue vencido cuando fielmente nos mantuvimos en esta verdad.

Estos queridos familiares no eran Científicos Cristianos, sin embargo, respetamos el derecho de ellos, de que fueran cuidados como lo deseaban. Durante esta etapa, uno de ellos pasó parte del tiempo en el hospital. por muchas horas nos sentamos junto a su lecho, y en vez de sentirnos agobiados por esto, sentimos mucho gozo por el amor y la jovialidad expresados por el equipo médico.

Cada vez que íbamos a salir con los padres de mi esposa, aprovechábamos momentos antes de salir, para reconocer que Dios siempre mantiene a toda Su creación. Es decir, a cada uno de nosotros. Este hecho es verdad y es demostrable, ya sea que alguien lo acepte, y esté consciente de ello o no. Nos apoyamos en la idea de que "uno con Dios es mayoría" porque Dios es el bien omnipotente. Véase Escritos Misceláneos, pág. 245. Si bien hubo momentos en que tuvimos que aportar mucha ayuda adicional, no hubo contratiempos.

"El hogar es el lugar más querido en la tierra, y debiera ser el centro, mas no el límite, de los afectos", escribe la Sra. Eddy en Ciencia y Salud.Ciencia y Salud, pág. 58. Al apreciar este concepto de hogar, tuvimos mayores deseos de ser más considerados con los sentimientos de mis suegros y de mantener la casa limpia y en buen estado.

Durante toda esta experiencia, tratamos de imitar el ejemplo de Jesús al reconocer la perfección del hombre de Dios. El amor que tenía Jesús por la humanidad era inspirado por Dios, por lo tanto, era genuino. Nada le impidió expresar compasión. Al reconocer que los padres de mi esposa eran realmente las ideas espirituales de Dios, hubo un sentimiento más profundo de amor entre nosotros.

Cuando primero llegamos a la casa de sus padres, mi esposa inmediatamente encontró trabajo en una compañía que ofrece servicios de oficina por contratos temporales. Si bien no había un trabajo en mi profesión, poco a poco me di cuenta de que podía verme a mí mismo como un Científico Cristiano en la práctica. Podía aplicar las verdades espirituales de la Ciencia Cristiana en cualquier cosa que estaba haciendo. Escribí varios artículos para las revistas de la Ciencia Cristiana y me puse a trabajar en una iglesia filial de la Iglesia de Cristo, Científico. No hay lugar para el egoísmo cuando uno expresa a Dios. El egoísmo no nos permite sentir la presencia de Dios y ver Sus bendiciones en nuestra vida. Descubrimos que si bien vivíamos en una de las zonas más caras de los Estados Unidos, nuestros gastos estaban a la altura de lo que ganábamos. Todas nuestras necesidades, así como las de los padres de mi esposa, fueron satisfechas.

Después de un año, otro familiar asumió la responsabilidad de cuidar a estos queridos miembros de la familia, y continuó asegurándose de que recibieran la mejor atención requerida, y por el tiempo que lo necesitaran. Entretanto, nosotros regresamos a nuestro hogar anterior. Poco después, mi ex jefe me avisó que me volvería a contratar. Así que en pocas semanas volví a mi antiguo trabajo.

Ofrecer ayuda a otro en momentos en que lo necesita puede llegar a ser muy gratificante para uno, y también para quien recibe la ayuda. Las bendiciones aumentan cuando reconocemos y dependemos de Dios, quien siempre nos da todo lo que necesitamos para poder cuidar y apoyar con eficacia a los demás.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / julio de 1997

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.