Para Cody no pareció ser éste uno de sus mejores días, aunque lo había aguardado ansiosamente. Su maestra en la escuela había permitido a la clase organizar su propia fiesta. Tenían que decidir quién debía traer galletitas y qué refrescos iban a tomar. Organizar fiestas era una de las actividades favoritas de Cody, pero como se resfrió tuvo que faltar a la escuela y no pudo participar en los preparativos de la fiesta.
Su madre hizo arreglos para que él se quedara en lo de su abuela mientras ella estaba en el trabajo. Generalmente a Cody le gustaba ir a la casa de su abuela, pero no podía dejar de pensar en la fiesta. Al llegar, su abuela le dio un gran abrazo y le aseguró que puesto que ése era el día que hizo Dios, tenía que ser bueno; por lo tanto "nos gozaremos y alegraremos en Él". Salmo 118:24. Cody no sabía lo que quería decir "gozaremos". Su abuela le explicó que significaba estar contento, lleno de alegría. Ciertamente, él no veía nada por lo que estar contento, pues perderse los preparativos de la fiesta de la clase no era divertido.
— Yo sé algo por lo que podemos estar contentos —, dijo la abuela —. Sintámonos contentos porque tú eres el hijo espiritual y perfecto de Dios, ahora mismo, y no puedes prestar oído ni hacer caso a pensamientos que sugieren que estás enfermo o triste, porque el bien o la bondad de Dios es lo único que existe.
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