Pablo siempre sintió que debía obtener buenas notas en el colegio. Trabajaba con ahínco y disfrutaba de la mayor parte de sus asignaturas, pero inglés, no era su asignatura preferida. Algunas de las cosas que su profesor de inglés hacía en clase como recreación, para Pablo, simplemente no tenían sentido y además, pensaba que su profesor no sentía por él ningún aprecio.
Cuando le devolvieron el único examen de inglés de ese trimestre, quedó convencido de que el profesor realmente lo detestaba. Y no era para menos: su compañera, la que se sentaba junto a él, había cometido más errores que Pablo y sin embargo, sus notas eran más altas que las suyas. ¡Eso no era justo y el profesor ni siquiera quería hablar del asunto! Para peor Pablo iba a tener que asistir a la clase de ese profesor el siguiente trimestre.
Toda esa situación hacía que Pablo se sintiera desmoralizado. No estaba contento con sus notas; por cierto que no le gustaba la manera en que lo trataba su profesor; y además, estaba disconforme consigo mismo, debido a que odiaba a su profesor. Pablo concurría a la Escuela Dominical de la Christian Science. Allí había aprendido lo importante que es seguir el ejemplo de Cristo Jesús y obedecer sus palabras: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos". Mateo 5:44, 45.
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