La Misíon Carrera de Moisés como líder de los hijos de Israel comenzó cuando respondió al llamado de Dios con un: "Heme aquí". Éx. 3:4. Aunque al principio dudó de su mérito, su disposición de obedecer a Dios le permitió a él, y al mundo, recibir los Diez Mandamientos.
En cierto sentido, ¿no nos está hablando Dios a cada uno de nosotros constantemente, señalando Su bondad, belleza y amor? ¿Acaso no podemos atribuir a Dios el bien genuino que experimentamos y decir como Moisés, "Heme aquí"? Esto significa reconocer la omnipresencia de Dios y demostrar que estamos dispuestos a aceptar Su dirección y propósito en la vida.
Recuerdo un día hace algunos años, en que habíamos estado en la playa con mi hija, y mientras caminábamos hacia el auto después de haber pasado un día espectacular, lleno de calidez y felicidad, sentí claramente la presencia de Dios. He descubierto que en momentos de tal inspiración divina, el reconocer la gracia de Dios y renovar mi compromiso de servirle me capacita para crecer más espiritualmente. La gratitud abre nuestros ojos. Atribuyamos nuestro ser a Dios y sepamos que, no importa qué vicisitudes y disgustos puede que enfrentemos, la ley y bondad de Dios se mantienen intactas, nunca cambian y están a nuestro alcance.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!