Dios le Había anunciado a Abraham y a su esposa Sara que ellos tendrían un hijo que se llamaría Isaac. Abraham y Sara amaban mucho a su hijo Isaac, quien creció adorando y amando a Dios. Puedes leer este relato en el capítulo 24 del Génesis en la Biblia.
Isaac sabía que su padre Abraham escuchaba a Dios. Dios había hecho un pacto, o una promesa con Abraham, debido a que escuchaba a Dios muy bien. Dios le había dicho a Abraham: "Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra". Gén. 12:2, 3.
Cuando a Isaac le llegó el tiempo de casarse, Abraham sabía que su hijo necesitaba una buena esposa, alguien también dispuesta a adorar y amar a Dios. En aquella época era común que el padre hiciera los arreglos para el casamiento de sus hijos. Ciertas veces, el padre le pedía a otra persona que lo ayudara a encontrar un esposo o esposa para su hija o hijo. Abraham confió en que Dios le diría qué hacer.
Abraham decidió enviar a su criado más fiel con la misión de buscar una buena esposa para Isaac. Le pidió a su criado que dejara Canaán, donde vivían, y fuera a Mesopotamia, la tierra de donde Abraham había venido; y que allí averiguara si entre la gente de la que Abraham provenía, había una mujer apropiada para Isaac. El criado vio que era una tarea importante encontrar una esposa para Isaac pero, ¿por qué tenía que ir tan lejos para encontrarla?
Las familias que vivían en el territorio de Canaán adoraban a muchos dioses y hacían plegarias a ídolos de madera o piedra. Abraham tenía la certeza de que Dios no vivía en la madera ni en la piedra. Dios le había hablado.
Como Abraham tú puedes escuchar a Dios en tus pensamientos y Dios te dirá qué y cómo hacer lo que es bueno. Los pensamientos de Dios nos ayudan y son los ángeles de Dios.
Fue en Mesopotamia donde Abraham escuchó a Dios por primera vez. Él recordaba que algunos de sus parientes aun vivían allí y sabían acerca de Dios.
Al criado de Abraham le preocupaba su misión. ¿Qué ocurriría si iba a Mesopotamia y encontraba una esposa, pero ella no estaba dispuesta a hacer ese largo viaje de regreso a Canaán? ¿Iba a llevar a Isaac a Mesopotamia?
Teniendo presente que Dios le había ordenado que viviera en Canaán, Abraham le dijo a su criado que Isaac debía permanecer en Canaán y no ir a Mesopotamia, y que Dios había dicho que enviaría un ángel para que fuera delante de su criado. Abraham tenía la seguridad de que Dios, que había bendecido a su familia, continuaría bendiciendo a su hijo Isaac brindándole todo lo que necesitara, incluso una esposa.
Abraham también dijo que si esta esposa no quería ir a Canaán, el criado no debía preocuparse, porque él ya habría cumplido su misión con solo encontrarla.
Después de muchos días de viaje, el criado de Abraham llegó a un pozo de agua en las afueras de una ciudad en Mesopotamia. Era al atardecer, y las mujeres y muchachas habían llegado para sacar agua. Él hizo que sus camellos se arrodillaran junto al pozo. Habiendo sido testigo de cómo Dios cuidaba de Abraham y su familia, el criado, lleno de fe, oró así: "Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham". Él oró para que Dios lo guiara a encontrar la joven apropiada para Isaac.
El criado de Abraham se acercó a una joven de aspecto muy hermoso que venía del pozo, y ella le dio agua. Se llamaba Rebeca. Él le preguntó por su familia y si esta familia tendría lugar en su casa para pasar la noche. Cuando ella le dijo quien era su familia, el criado vio que eran parientes de Abraham, y que tenían un buen lugar para él.
Si se nos pide hacer algo, los pensamientos de Dios están aquí para ayudarnos.
Se sintió agradecido después de estas buenas nuevas, y le agradeció a Dios por los pensamientos angelicales que lo habían guiado a Rebeca y a su familia.
Cuando Labán, hermano de Rebeca, vino a recibir al criado, lo llamó "bendito de Jehová". El criado le contó a todos porqué había venido, les habló sobre Abraham y Sara, y les dijo que estaba buscando una esposa para Isaac. El padre y el hermano de Rebeca dijeron de inmediato: "De Jehová ha salido esto". Se dieron cuenta de que Dios había enviado al siervo de Abraham a su hogar, y le dijeron que le daban permiso para que llevara a Rebeca a Canaán para ser la esposa de Isaac.
Al día siguiente, cuando estaba listo para partir, el siervo dijo: "Enviadme a mi señor", pero la madre y el hermano de Rebeca querían que ella permaneciera más tiempo con ellos. El criado les explicó que no podía demorar más el viaje de regreso. Sabía que Dios lo había ayudado hasta ese momento, y que Rebeca era la joven que había estado buscando; ahora debía regresar, tal como Abraham le había dicho.
El hermano y la madre de Rebeca preguntaron a la joven, "¿Irás tú con este varón?", y ella respondió, "Sí, iré".
Cuando Rebeca llegó a la tierra de Canaán, Isaac la tomó por esposa y la quiso mucho. Juntos adoraron y amaron a Dios.
¿Sabían un ángel está junto a ustedes? En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy describe así a los ángeles: "Pensamientos de Dios que vienen al hombre; intuiciones espirituales, puras y perfectas; la inspiración de la bondad, de la pureza y de la inmortalidad, que contrarresta todo mal, toda sensualidad y toda mortalidad".Ciencia y Salud, pág. 581. Los pensamientos de Dios están siempre presentes y nos guían por el camino correcto.
Cuando se nos pide que hagamos una labor importante, como en el caso del criado de Abraham, podemos estar seguros de que tendremos a los ángeles con nosotros. Ya sea que estemos en la escuela, en la casa de un amigo, o de viaje, los pensamientos angelicales siempre están allí para ayudarnos. Esto se debe a que Dios, nuestro Padre-Madre, está en todo momento con nosotros, y nosotros somos Sus hijos amados.