Un Día Muy Gris de invierno me sentí abrumada por varios problemas. Había desavenencias en mi hogar y entre personas de la comunidad.
Buscando un cambio de perspectiva, fui al aeropuerto local, saqué del hangar el avión del club de aviación al que pertenezco y lo hice carretear hacia la pista de césped. Cuando despegaba y el avión ascendía lentamente por sobre la tierra, miré hacia abajo y vi las granjas y bosques blanqueados por la nieve. Fui ascendiendo en círculos hacia las nubes bajas y vi que las granjas y las casas se convertían en miniaturas. Cuanto más empequeñecían, también mis preocupaciones se hacían más pequeñas. Sentí la serenidad elevarse junto con el avión, pero me encontraba casi contra un oscuro techo de nubes.
Volando hacia un punto luminoso, vi haces de luz que atravesaban las nubes, formando cristales de hielo en el aire que centelleaban como diamantes. Había una apertura en las nubes... la promesa de una belleza que no podía ver plenamente. Dando vueltas en círculo y ascendiendo entre las nubes a través de la apertura, de pronto me encontré en la luz brillante del sol, rodeada por una alfombra de blancas y ondulantes nubes. Arriba y alrededor había un cielo azul ininterrumpido. El sol había estado brillando todo el tiempo, simplemente yo no lo había visto. Esos diamantes centelleantes me guiaron a encontrar y ver la radiante luz del sol. Toda mi perspectiva cambió completamente. Podía volver y enfrentar todos los problemas con paz y seguridad.
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