Mi Familia Conoció la Christian Science cuando mi abuela fue desahuciada por los médicos después que le diagnosticaron un cáncer de estómago considerado incurable. Vivíamos en esa época en Guaramirim, a treinta y cinco kilómetros de Joinville, donde había una practicista de la Christian Science. Mi abuela fue llevada a casa de esa señora y permaneció allí unos días. Volvió completamente sana. Recuerdo que mi madre nos dijo: "Abuelita puede comer de todo, hasta frijoles". Nos sentimos muy agradecidos por esa curación.
Un día mi primita fue atropellada por un auto. Mi tía, aunque llevaba un delantal y estaba descalza, tomó el auto y llevó a la niña a la misma practicista. La pequeña permaneció bajo tratamiento de la Christian Science por algunos días, y estuvo bien. Fue así como esta religión se difundió entre mis tíos.
Una vez, hubo una epidemia de fiebre tifoidea en nuestro pueblo. Morían familias enteras y mi hermana fue atacada por esa enfermedad. La llevaron a la practicista y volvió a casa sana.
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