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Saldaron una deuda cuantiosa

Del número de julio de 1998 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Cuando Nos Casamos no teníamos entradas suficientes para mantenernos. A decir verdad, mi marido y yo empezamos muy endeudados. En su deseo de ayudar a un familiar, mi marido contrajo una deuda de dieciocho millones de rupias (unos 2.300 dólares), ése era el elevado monto de los dos préstamos que sacó.

Cuando me lo dijo honestamente antes de casarnos, yo no lo podía creer. Pero juntos tratamos de ver cómo íbamos a pagar. En esa época yo estaba iniciando el estudio de la Christian Science. En mi lengua nativa nos referimos a un matrimonio como si fuera un "barco doméstico", y me di cuenta de que para que fuera feliz se necesitaba un timonel. Yo estaba dispuesta a conducir el barco que estábamos construyendo con la brújula de la Christian Science; en otras palabras, dejar que Dios fuera el único timonel.

Si bien me faltaba todavía mucha comprensión espiritual, puse en práctica lo que iba aprendiendo. Al principio no entendía mucho, pero mi marido me aconsejó que simplemente estudiara la Biblia y Ciencia y Salud, y que si precisaba entendimiento, Dios me lo daría. Asistía a la iglesia fielmente y, de a poco, comencé a comprender estas benditas enseñanzas.

Fui desarrollando un espíritu emprendedor mediante la comprensión de la historia bíblica de Elías y la viuda de Sarepta; ella se había entregado con su hijo a morir porque todo lo que le quedaba en su casa era un puñado de harina y un poco de aceite. Fui alertada a no desalentarme como lo hizo esa mujer. Sin tener en cuenta lo elevado de la deuda que teníamos por delante, tenía la seguridad de que mediante nuestras oraciones, podríamos saldarla a corto plazo.

Aunque la situación nos producía mucho stress y a menudo nos sentíamos descontentos porque las circunstancias parecían no ceder, aprendí que el amor de Dios es inmutable. Nunca deja a Sus hijos sin esperanza. En el relato de la viuda, Dios preparó a Elías para que se encontrara con ella, y por el entendimiento espiritual de Elías y la obediencia de la mujer, "la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías" (1 Reyes 17:16).

Se podría decir que la Christian Science vino a mí en el momento en que estaba atravesando casi la misma situación que la viuda. Encontré guía y dirección mediante la voz de Dios, la voz de un ángel que le habló a mi corazón. Y seguí las instrucciones.

Me llegaron pedidos para que preparara comidas y postres y también acepté trabajos de costura; contraté a una costurera para que me ayudara. Mi marido estaba activo en el campo de la docencia. Ambos decidimos que de todos los ingresos que tuviéramos, íbamos a usar lo suficiente para cubrir nuestras necesidades inmediatas y con el resto pagaríamos la deuda. Nuestros esfuerzos nos hicieron progresar rápidamente y en menos de tres años, pagamos todas nuestras deudas. Estamos convencidos de que sin la guía de Dios jamás hubiéramos podido resolver nuestro problema tan pronto.

Empecé con una costurera y ahora tengo cinco trabajando en mi negocio, que me da todo "el aceite" y "la harina" que preciso. De vez en cuando siento que la cantidad de aceite en mi tinaja disminuye hasta que está casi vacía. Pero mi esposo siempre dice: "Cálmate, no tengas miedo, continúa expresando gratitud". Puedo decir con certeza que nunca se me acabó todo el aceite. Estoy segura de que mientras continuemos consagrando el pensamiento a Dios y a la Christian Science, es imposible que se deterioren nuestras bendiciones o situación económica.

Hemos recibido muchas bendiciones, demasiado numerosas para mencionar. Verdaderamente, somos una familia a la que Dios ha bendecido.


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