Para Bonny era muy natural confiar en Dios. Cuando era pequeña, su mamá y su papá le habían dado un pendiente con una burbuja, que contenía una pequeña semilla de mostaza. Esto era para recordarle la declaración de Jesús: "Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible". Mateo 17:20. Puesto que la semilla de mostaza es la más pequeña de las semillas, Jesús la usó como ejemplo para demostrar los efectos poderosos de tener tan solo un poco de fe en Dios. Estos efectos se pueden probar de muchas maneras prácticas en nuestra vida. ¡Y hasta los chicos lo pueden demostrar!
A Bonny le encantaba su pendiente. También le gustaba mucho la jardinería. Un día de primavera, su mamá llevó a Bonny y a su hermanito a la ciudad a comprar semillas para el jardín. Los niños estaban muy contentos. Con mucho cuidado eligieron las semillas de verdura que más les gustaban: maíz, frijoles, zanahorias, lechuga, pepinos y, especialmente, calabazas.
Por lo general, toda la familia se reunía para plantar las semillas en el jardín, pero un día caluroso, Bonny tomó las semillas y las plantó ella sola. La mamá no estaba muy segura de que fuera una buena idea, puesto que no había marcado ninguna de las hileras donde había plantado las semillas. Pero Bonny tenía una fe total en que su jardín daría fruto. Por las dudas, la mamá compró más semillas y las plantó "como se debe" en otra parte del jardín.
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