Los Consejeros Familiares dicen que la violencia, como una forma normal de control, parece perpetuarse a sí misma. Quienes maltratan a sus hijos a menudo fueron ellos mismos víctimas de la falta de amor o de ultrajes. Algunos adolescentes hasta "consideran que el control y el maltrato son una expresión de amor adecuada y hasta esperada", dice en una revista el consejero de un refugio para mujeres que han sido golpeadas.The Record, Matthews, North Carolina, 11 de octubre de 1995.
Si usted ha sido maltratada, ¿qué puede hacer para evitar la angustia mental, que culmina en la repetición del mal o en la desesperanza? La solución es espiritual.
Comienza con establecer en nuestro pensamiento quién es nuestro verdadero Progenitor, reconocer que Dios, el Espíritu, es el único Padre de toda la familia del hombre, que en realidad ambos padre e hijo son Su progenie. "No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos". Mateo 23:9. Cuando establecemos nuestro parentesco real con Dios en nuestro pensamiento, hemos establecido una base sólida para la oración y hemos dado el primer paso para sanar el agravio. Al comprender que sólo hay un Padre de todos, vislumbramos nuestra naturaleza verdadera como la imagen de Dios, de un Dios que es el Amor mismo.
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