Faltaban Pocas Semanas para ese día tan especial de mi graduación. Yo estaba muy preocupado porque, a diferencia de muchos de mis compañeros, aún no tenía en vista ningún trabajo. En realidad, ni siquiera tenía idea de la dirección que daría a mi carrera. El siguiente paso razonable era obtener un título de postgrado. Ya me habían aceptado en varias universidades, pero no lograba conseguir fondos para solventar esos estudios.
Mientras caminaba en la universidad con la carta donde rechazaban mi solicitud de ayuda económica, hice algo que debía haber hecho hacía tiempo: orar. Había aprendido que la oración, el acercarse a Dios, inspira, guía y sana. Por lo tanto, dejando de lado el fastidio y la preocupación lo más que pude, traté de comprender mejor mi relación con Dios y lo que Él había preparado para mí, y empecé a agradecerle todo el bien que ya había recibido.
Muchas ideas útiles inundaron mi pensamiento. Pude ver que era importante expresar mayor humildad, no ser tan obstinado de querer imponer mi opinión, y en silencio, buscar la guía de Dios, y tener la disposición de seguir Su dirección. El autor de Proverbios, nos alienta cuando dice: "Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus veredas". Proverbios 3:5, 6.
En una ocasión, un Científico Cristiano me dijo: "La Mente divina y todas sus ideas están siempre unidas sabiendo lo que es correcto hacer, y haciéndolo". ¡Fue muy reconfortante comprender que no era necesario deambular luchando con la incertidumbre! Dios está siempre presente, proporcionando guía y productividad a cada una de Sus ideas. Pero para poder escuchar claramente Su voz, debemos comprender y aceptar la presencia de Dios.
En su libro La Unidad del Bien, Mary Baker Eddy escribe acerca de lo que significa conocer y comprender a Dios. Ella dice: "Él es toda la Vida y toda la Mente que hay o puede haber...
"Ahora bien, este mismo Dios es nuestra ayuda. Él nos compadece. Él tiene misericordia de nosotros y dirige todas las actividades de nuestra vida. Él está cerca de aquellos que Le adoran".Unidad, pág. 3.
La conciencia espiritual revela la eterna presencia de Dios. Debido a que Dios es la Mente divina, la fuente de todas las ideas correctas, no podemos ser separados de la Mente ni de sus ideas, y no puede haber obstrucción alguna que impida que las ideas de la Mente estén de acuerdo con el plan sagrado de Dios, y en perfecta armonía entre sí.
De pronto comprendí que mi propósito y mi carrera era expresar devoción, de manera individual y única, en cada cosa que hiciera. Pude comprender que el próximo paso humano que fuera a dar, no era tan importante como ser obediente a Dios, y que en todo caso iba a ser una oportunidad de reconocer Su guía y providencia.
Sea cual sea la actividad que uno realiza: estudiante, banquero, mecánico, la tarea en sí es en realidad un lugar o foco de atención a través del cual cumplimos con nuestra verdadera tarea: la de incluir y expresar cualidades semejantes a Dios, entre ellas inteligencia, integridad, creatividad y otras similares. Los puestos de trabajo van y vienen, pero los hijos de Dios están eternamente ocupados en la gratificante tarea de expresarlo a Él. Al reflexionar sobre esto, por primera vez en muchos meses, me sentí libre del peso de la preocupación.
Esa misma tarde, a través de una serie de circunstancias impreviscibles, me ofrecieron un puesto de profesor en mi área de interés, un puesto que nunca se me hubiera ocurrido considerar. Vi claramente que ese era el paso correcto para mí. Era una oportunidad para compartir algo que yo amaba, y expresar devoción ayudando a otros. ¿Podía yo desear carrera más grandiosa?
A pesar de que en ese momento me resultaba difícil comprenderlo, ahora entiendo por qué no debemos abrigar sugestiones negativas acerca de lo que nos depara el futuro. El temor, la incertidumbre y la indecisión no pueden mesmerizarnos ni impedir que continuemos avanzando, cuando nuestra gratitud a Dios y la expectativa del bien llenan nuestro pensamiento.
Sea cual fuere nuestra tarea: cavar zanjas, servir hamburguesas en un negocio de comidas al paso, u ocupar un cargo directivo en una empresa importante, no debemos confundir el nombre del trabajo con la verdadera naturaleza de nuestra labor. Como Jesús, podemos estar, y en realidad estamos, en "los negocios" de nuestro Padre, Lucas 2:39. puesto que Dios nos brinda a cada uno de nosotros, la habilidad y la oportunidad de expresarlo a Él.
    