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Consuelo en la tristeza

Del número de abril de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Querido amigo:

Recibe todo mi cariño en este momento tan difícil. Sé que todo lo que tú y tu ser querido han compartido seguirá bendiciéndote. Cuando mi padre falleció repentinamente hace algunos años, la oración me trajo una inspiración que quisiera compartir contigo, ya que me dio fortaleza para seguir adelante.

Por algún tiempo parecía haber un vacío que tenía que llenar. Una noche no podía dormir y oré a Dios con todo mi corazón, pidiéndole paz y fortaleza. Al rato me llegó este mensaje: "...el Amor sostiene al corazón que lucha, hasta que cese de suspirar por causa del mundo y empiece a desplegar sus alas para remontarse al cielo".Ciencia y Salud, pág. 57. Lo escribí y lo dejé en la cocina para que el resto de la familia lo viera, y me dormí muy tranquila.

Sentir que el Amor me estaba sosteniendo a mí, a mi papá, a mi familia, me liberó de la carga de tratar de liberarme a mí misma y a los demás del pesar. Los meses siguientes fueron algo difíciles; pero en vez de sentir que una época de mi vida quedaba atrás, que mi relación con papá había quedado en el pasado, me sentí fortalecida por las palabras de un himno de la Sra. Eddy que habla del "día sin fin": "Al triste llama: Ven a mi pecho, tu llanto seca el Amor, tu tristeza borrará, y feliz te llevará a la gloria del día sin fin".Himnario de la Ciencia Cristiana, Nº 298.

Al ver que la muerte no nos puede separar del "día sin fin" de Dios, sentí que todo lo que valoraba de mi relación con mi papá, me continuaba bendiciendo. Así como un rayo de luz nunca podría ser separado del sol, ninguno de nosotros puede jamás ser separado de Dios, nuestra Vida. Esto significa que no estamos solos, sino que somos uno, unidos en nuestra Vida común, Dios. Cuando comprendí esto me fue más fácil hablar de experiencias felices que tuvimos, hasta de las que fueron cómicas, y pensar en papá a menudo sin ningún sentimiento de pérdida.

Darnos cuenta de que todos somos uno en el día sin fin de Dios pone las cosas en una perspectiva correcta. Las reuniones familiares, la Navidad, el Día del Padre, las bodas, los viajes, ocasiones en que he tenido la tentación de sentir la pérdida de mi papá, han sido elevadas cuando he recordado que todo nuestro bienestar viene del amor que Dios tiene por nosotros, no de los momentos que pasamos juntos. Como dice un himno: "Pues que lo bueno del ayer el hoy también vienes a alegrar... Ya no suspira el corazón por el pasado que se fue, si ayer Dios dio su bendición, también la da aquí y hoy".Ibid, Himno N° 238.

A veces el pesar pareciera argumentar que no fue justo que una persona falleciera cuando todavía tenía tanto que dar. Pero la creencia en una oportunidad perdida es sólo una de las fases de la creencia general de que el bien o la vida pueden llegar a tener fin. La oportunidad es siempre parte de la vida del hombre, y él debe aprovechar la oportunidad de la Vida en este mismo momento.

El movimiento en una calle muy transitada parece ser caótico visto desde la planta baja de un rascacielos. Pero cuando subimos a pisos más altos y vemos las cosas desde una perspectiva más elevada, podemos ver que impera el orden. Vemos el diseño de la ciudad, y la armonía y actividad que prevalecen. Del mismo modo, cuando nuestra perspectiva de la vida parece ser caótica y confusa, necesitamos obtener una perspectiva más elevada, la de Dios, y reconocer nuestra unidad con Él.

Anímate, el Amor te seguirá sosteniendo y dándote fortaleza día tras día.

Con mucho afecto,

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