Si hay un ejemplo de cómo la libertad espiritual expande nuestras posibilidades, es el del Apóstol Pablo. Una vez libre de prejuicios y odios llegó a sanar a los que se acercaron a él, y su vida inspiró a multitudes.
Esta libertad tiene un origen divino, y está hoy operando en todos lo que se apoyan en Dios. Hoy, con esta libertad espiritual, la gente puede remover la pesada carga de tristeza que infligiría el fallecimiento de un ser querido; puede afianzar su seguridad frente a situaciones de peligro; puede encontrar que las artes llegan a ser un vehículo para elevar la raza; puede demostrar con alegría que la moralidad tiene un sentido concreto en su vida, y puede realizar curaciones más rápidas en su salud.
Por eso, en este número queremos celebrar con usted la libertad espiritual, este mes en que el mundo cristiano celebra la Pascua.
Con afecto,
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