Laurita es una niña de seis años que desde muy chica asiste a la Escuela Dominical de una iglesia de la Christian Science. Ahí aprendió que Dios la quiere mucho y que siempre la está cuidando.
Un día salió a caminar con su mamá y llegaron a una plaza donde había muchos juegos para niños. Empezaron a cruzar la plaza, cuando Laurita, como buena niña que es, sintió muchas ganas de subirse a los juegos.
La mamá vio que la niña quería subirse a un juego hecho de caños de hierro, pero como iban muy apuradas le dijo que no se subiera porque no tenían tiempo.