Mi Abuela Vivía cerca del océano en California, y una de los recuerdos más felices que tengo de mi niñez es cuando íbamos a hacer surfing en la playa. A veces montábamos las olas con colchones de goma o planchas de styrofoam. Pero lo que más me gustaba era hacerlo sólo con el cuerpo; saltar sobre la ola, nadar, y dejar que la ola me llevara a la orilla.
El momento de saltar era lo más importante. Si no saltaba en el momento preciso la ola me caía encima. Desde niña aprendí el truco de sumergirme ante una ola que no iba a saltar. Por más fuerte que rompiera la ola, cuando me sumergía debajo la fuerza de la turbulencia no me tocaba. Simplemente sentía un suave zarandeo cuando la ola me pasaba por encima. Luego salía nuevamente a la superficie. Ni las olas más grandes me atemorizaban cuando aprendí cómo ponerme en ese lugar de calma.
A menudo recuerdo esto cuando pienso en los oleajes de la vida, las grandes olas como la injusticia, la enfermedad, el rechazo o el temor de cualquier tipo. Hay una manera de alcanzar la calma y la seguridad, en lo que el libro de los Salmos describe como el "abrigo del Altísimo". Salmo 91:1. La Biblia indica claramente cómo llegar a ese lugar, incluso en este otro salmo: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios". Salmo 46:10.
Esto puede parecer una exigencia imposible de cumplir cuando el peligro o la pérdida nos amenazan, pero en verdad mucha gente ha encontrado calma y seguridad al conocer a Dios aun bajo circunstancias extremas. Un ejemplo que me da mucha inspiración es el de Buckminster Fuller, inventor y diseñador nacido en Massachusetts. Al recordar una época en que la tragedia y el fracaso personal lo llevaron a pensar en el suicidio, dijo: "Fue claro que me iba a tener que preguntar si realmente tenía fe en que un intelecto y una sabiduría más elevados estaba actuando en este universo. Y mi respuesta fue: 'Sí, tengo fe'".The Christian Science Monitor, 23 de septiembre de 1983.
Aunque "Bucky", como lo llamaban todos, no era una persona religiosa en el sentido convencional, ese momento de fe, de calma y reconocimiento, marcó el comienzo de un punto decisivo en su vida. Con un valor enorme decidió que en lugar de suicidarse, tenía que "cometer un egocidio". J. Baldwin, Bucky Works: Buckminster Fuller's Ideas for Today (New York: John Wiley & Sons, 1996), pág. 5. Para él, eso incluía la determinación de ir más allá del interés propio, y dedicarse totalmente a mejorar el ambiente físico para la humanidad. En términos cristianos, la idea más elevada de generosidad es cambiar el concepto material de vida por uno espiritual, según el modelo de Cristo. Es esta conciencia espiritual la seguridad que todos podemos encontrar, y después que pasan las olas del materialismo, emergemos sanos y libres.
No obstante, muchas veces cuando enfrentamos una crisis, sentimos que todo depende de nosotros y no estamos seguros de cómo manejar la situación. Pero solamente admitir que existe una inteligencia y un poder superior a nosotros mismos, comienza a traernos paz. No estamos solos. Dios es la sabiduría infinita, y lo que es aun más maravilloso, esta sabiduría es el Amor infinito. Dios está siempre con nosotros, y sentimos más el poder de esta verdad cuanto más comprendemos a la Ciencia que la respalda.
"La idea más elevada de generosidad es cambiar el concepto material de vida por uno espiritual, divino".
Al relacionar la Ciencia con el cristianismo, Mary Baker Eddy cita las obras de Cristo Jesús como pruebas irrefutables de que hay una inteligencia superior — la inteligencia suprema — que produce sólo el bien. La habilidad que tenía Jesús para restaurar la salud física y moral, demostraba su comprensión de que esta Mente divina, o Dios, no produce nada más que la perfección invariable. La imperfección no tiene sus raíces en el orden divino, y se puede superar. Cada curación cristiana es una evidencia de que toda la creación es en realidad la expresión, o idea, perfectamente ordenada, totalmente espiritual, de la Mente divina. ¿Qué puede ser más seguro que existir en la Mente eterna como la idea definida, completa y amada de Dios?
Pensar en estas cosas es como encontrar el lugar tranquilo bajo las olas. Aun antes de salir a la superficie, ya sabemos que estamos a salvo. Una amiga mía obtuvo esa paz cuando tuvo que enfrentar una enfermedad debilitante. Aunque tenía períodos de alivio, su estado físico se fue deteriorando hasta que no sabía si iba a sobrevivir. Pero ella había optado por la curación en la Christian Science, Significa Ciencia Cristiana. Pronúnciese crischan sáiens. la oración sistemática que confía absolutamente en el cuidado omnipotente de Dios. Ella sabía que estaba a salvo.
Y poco a poco, se produjo un cambio rotundo. Mediante sus oraciones y el apoyo de los que la rodeaban, sintió la convicción de que nada podía separarla en ningún momento de Dios, la fuente de todo el bien verdadero. Cuando creemos que el bien que tenemos en la vida depende de ciertas condiciones o logros humanos, nunca nos sentimos del todo seguros. Pero ella iba comprendiendo que todo lo que es bueno es realmente espiritual, es decir, está incluido en nuestra eterna relación con Dios. Todo lo que es puro, honesto, generoso o digno de confianza, es una manifestación de Dios, y no se puede perder ni nos lo pueden quitar.
Ella deseaba conocer mejor a Dios, y conocerse a sí misma como la imagen del Amor. Comenzó a sentir el amor de Dios a medida que se esforzó por amar a los demás y a ella misma, desde una perspectiva más espiritual como la imagen y semejanza de Dios. Sintió la presencia de Dios como Mente divina a medida que prestaba atención a los pensamientos divinos y expresaba esos pensamientos. Durante este tiempo las relaciones con su marido e hijos se fortalecieron considerablemente. Sintió una mayor autoestima. Aun antes de que se manifestara algún signo de mejoría física, ella sintió una mayor calma y autoridad. Las olas del temor ya no la abrumaban. Entonces se produjo la curación física completa y duradera.
En esta experiencia encontramos elementos útiles para el que quiera llegar a un lugar de calma y seguridad. Uno, es ese reconocimiento que mencioné antes, de que existe una inteligencia y un poder más elevados, y que estamos gobernados por Él y podemos confiar en Él. "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios". Otro, es lo que podríamos describir como un proceso de abandono del yo personal o desmaterialización de nuestro pensamiento. Es un compromiso sincero de dejar de pensar y actuar como egos mortales que buscan felicidad y seguridad en la materialidad, y dedicarnos a expresar la bondad y el amor de Dios ahora, dondequiera que estemos.
"Todo lo que es puro, honesto, generoso o confiable, es una manifestación de Dios, y no se puede perder ni nos lo pueden quitar".
Aun si a veces parece como que no podemos aferrarnos por más de unos pocos minutos a esa perspectiva espiritual, lo bueno es que no podemos dejar de ir ganándola permanente. Ese es nuestro designio — estar por siempre en paz con Dios. La sabiduría suprema del universo nos ha hecho realmente a Su imagen, de modo que es natural que la verdad y el amor espiritual ganen nuestros corazones y mentes. En un mensaje a sus estudiantes en 1902, la Sra. Eddy escribió: "¡Oh gloriosa esperanza!, queda un reposo para los justos, un reposo en Cristo, una paz en el Amor. Pensar en ello acalla toda queja; el fuerte oleaje de las agitadas aguas de la vida se desvanece en espuma, y por debajo hay una estable y profunda calma".Mensaje a La Iglesia Madre para el año 1902, pág. 19.