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La espiritualidad y los deportes: un campo de prueba

Del número de septiembre de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Interés en los deportes se ve en todas partes del mundo. Si entra en Alta Vista en la World Wide Web, y escribe sports, obtendrá más de cuarenta y cinco millones de páginas para investigar. Ese interés tan pronunciado no es nuevo. En la Biblia, San Pablo menciona a los atletas en sentido figurado en algunas de sus cartas. Y predicadores a lo largo de los años, como Eric Liddell de fama olímpica [la película "Carros de Fuego" habla de su vida], han demostrado con su ejemplo que los deportes pueden ser un gran campo de prueba para la espiritualidad. Para obtener nuevas ideas sobre el tema, el Sentinel habló con cuatro mujeres atletas que también son serias pensadoras espirituales.

Shannon Miller ganó dos medallas de oro en gimnasia en las Olimpiadas de Atlanta. Holly Gutelius juega en el equipo de lacrosse para mujeres a nivel nacional en la Universidad de Princeton. [Nombre omitido a pedido del autor] practica carrera a campo traviesa con esquís, recorriendo distancias de cinco a treinta kilómetros. Está clasificada octava en los Estados Unidos. Holly Huff participa en el Campeonato de Primera Di visión de la Liga Nacional de hockey sobre césped, en la Universidad de Carolina del Norte.

Holly Huff dice: "Para mí, la espiritualidad es lo que hace que la preparación atlética te haga sentir satisfecha. Las recompensas externas — como medallas, trofeos, titulares en los diarios — te hacen sentir eufórica por unos días, pero esa emoción muy pronto desaparece. Al día siguiente de haber ganado, cuando te levantas te das cuenta de que sigues siendo la misma persona. Para mí, la verdadera satisfacción viene del crecimiento espiritual que siento cuando entreno y compito".

[Nombre omitido a pedido del autor] piensa igual: "Mi entrenamiento y mi carrera son un reflejo directo de mi pensamiento. Cuanto más elevada me siento espiritualmente — o sea cuanto más consciente estoy de mi verdadera naturaleza como hija de Dios — mejor puedo correr. Cuando vivo de acuerdo con el Principio divino, Dios, todos los aspectos de mi vida lo manifiestan".

"Ya sea que te estés ejercitando o compitiendo", agrega Shannon Miller, "el deporte te puede traer un sentido de logro, entusiasmo, y hasta paz. La espiritualidad te proporciona estos mismos sentimientos, y puedes llegar a sentir que no existen limitaciones en lo que puedes llegar a lograr, no sólo física, sino emocional y mentalmente también".

Muchos atletas tienen el conflicto entre los deportes que se juegan de mañana y la asistencia a la iglesia. Tanto Holly Gutelius como Holly Huff, dicen que asisten a la iglesia siempre que pueden, pero cuando no pueden asistir, se llevan la iglesia con ellas. Holly Gutelius explica: "Cuando hago lacrosse, tengo la mejor práctica de juego cuando también entretengo mentalmente una idea espiritual".

"Nunca pensé que pudiera haber un conflicto entre mi espiritualidad y mi labor deportiva", dice Shannon Miller. "Sí, han habido ocasiones en que los domingos tenía práctica y competencias, pero entonces me llevaba la iglesia conmigo. A mí me encantaba ir a la Escuela Dominical, pero siempre que tenía que practicar los domingos a la mañana, por lo menos tenía un ejemplar del Sentinel, un ejemplar de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, y por supuesto, mis oraciones. Mi mamá me escribía en tarjetas pensamientos de la Biblia y de Ciencia y Salud para que leyera ese día. Me hacían presente que Dios siempre está conmigo".

Después de no poder asistir a los servicios de los domingos por un tiempo, [Nombre omitido a pedido del autor] decidió "para la siguiente temporada, anteponer la iglesia a los ejercicios de los domingos". Dice que "al principio mi entrenador estaba muy preocupado de que no me ejercitara lo suficiente. Y tampoco tenía un automóvil, de modo que no sabía cómo llegar al lugar de entrenamiento. No obstante, siempre me las ingenié para ir a la iglesia y entrenar adecuadamente".

Todo lo que se refiere al cuerpo es parte importante de los deportes. "El hecho de que un día tengas una competencia importante no quiere decir que automáticamente estés preparado para ella", dice Shannon Miller. "Puede que el cuerpo te duela por las horas de entrenamiento, o que tengas miedo, o te sientas lenta o ansiosa. Puede que no te sientas del todo preparada para una competencia o para hacer un ejercicio determinado. Pero cuando recurres a Dios como la fuente de tu inspiración y energía, te das cuenta de que en realidad siempre estás preparada. Nunca oré para ganar un encuentro, sino para saber que podía hacer lo que fuera necesario sin hacerme daño, que Dios me estaba guiando a cada paso. También me esforcé por agradecer las oportunidades que tenía y por la habilidad de participar en gimnasia.

"Si me caía durante el precalentamiento, no dejaba que ese incidente influenciara mi desempeño durante la competencia. En juegos bien importantes, como fueron los Juegos Panamericanos y los Campeonatos Nacionales de 1996, me caí en mi primera prueba, pero ya hacía mucho que había aprendido que Dios está siempre conmigo. Y en esas y otras situaciones, continué bien en mi desempeño y hasta gané".

[Nombre omitido a pedido del autor] también considera que la espiritualidad mejora el desempeño. "Una noche fui a la casa de mi entrenador para ver el video de una carrera. Su esposa también es entrenadora, aunque no mía, y comenzó a hacerme un montón de recomendaciones sobre mi técnica. Me sentí un poco abrumada por sus comentarios, y me pregunté: '¿Cómo voy a aprender a hacer todas esas cosas nuevas?'

"Pero entonces me puse a pensar que la Mente divina es realmente la fuente de todo movimiento, como dice la Sra. Eddy. Véase Ciencia y Salud, pág. 283. La verdadera acción que yo estaba buscando era libertad, alegría, gracia, equilibrio y fortaleza, y todas estas cualidades se originan y tienen su expresión en la Mente no en la materia. Al día siguiente tenía otra carrera, y fui llena de estas ideas. Había corrido en la misma pista hacía dos semanas en condiciones similares de nieve, y me había ido bien; pero esta vez adelanté veinticuatro segundos. En una carrera de treinta minutos, ése fue un margen bastante grande".

La espiritualidad también ayuda a los atletas a superar ocasiones en que su desempeño no es tan bueno como quisieran. Holly Huff relató de una ocasión en que parecía que no iba a poder hacer un tiro de tres puntos para su equipo de básquetbol. Dice que la misma idea de Ciencia y Salud que mencionó [Nombre omitido a pedido del autor], la ayudó a ella también: "La Mente es la fuente de todo movimiento, y no hay inercia que demore o detenga su acción perpetua y armoniosa".Ibid. Holly explica: "Me pregunté, ¿qué cualidades se requieren para hacer un tiro de tres puntos? Precisión y control encabezaban la lista. Razoné que estas cualidades son en realidad espirituales y tienen su fuente en Dios. Por esta razón nada podría privarme de ellas.

"También pensé que el control y la precisión no se pueden poner en compartimientos separados. Puesto que yo era la misma tanto en la cancha de básquet, como en el salón de clase y en las reuniones sociales, era lógico que debía expresar control y precisión en todos mis campos de acción. De modo que trabajé con eso. Cuando hacía mi tarea de la escuela, prestaba más atención a los detalles. En mi conversación diaria, hice un gran esfuerzo para no quejarme ni contar chismes, porque me di cuenta de que eso no expresaba mi naturaleza más elevada.

"También me resolví a ser agradecida por cada expresión de control y precisión de la que era testigo. Por ejemplo, cuando una compañera de mi equipo o del contrario, efectuaba un tiro perfecto, mentalmente declaraba: 'Gracias, Dios, por su ejemplo de precisión. Porque su fuente está en Ti, y yo también la puedo expresar'.

"Nunca efectué mejores tiros que los que hice en ese torneo de distrito. Inclusive, efectué un tiro de tres puntos en el momento que sonaba la campana, y nuestro equipo avanzó a las finales por primera vez en la historia de la escuela".

Todas las atletas contaron cómo el apoyarse en la Christian Science las ha ayudado a hacer frente al aspecto físico del entrenamiento y la competencia. Shannon Miller describió algo que sucedió en 1996: "En las finales de salto en potro me caí y pasé un momento vergonzoso. Ocurrió frente a millones de personas, tanto las del estadio como las que veían por televisión. Yo estaba llorando y sentía mucha lástima por mí misma, hasta que mi mamá me dijo que debía estar agradecida por tener la gran oportunidad de competir en las Olimpiadas.

"Eso me abrió un poco los ojos, pero todavía tenía bastante miedo. Pero luego ella me hizo presente que Dios nos ayuda a pasar los momentos difíciles. Fue como si una nube enorme se hubiera levantado. Dios nunca podía sentir presión, entonces ¿cómo podía yo sentir presión? Podía estar agradecida por la oportunidad de expresar tantas cualidades de Dios: energía, precisión, equilibro y alegría. Cuando llegué a las finales me sentía mucho más tranquila, como nunca me había sentido en una competencia".

La práctica de ciertas técnicas puede que requiera estar espiritualmente alerta. Holly Gutelius explica: "En mi primer año de universidad, me sentía muy incómoda cuando tenía que levantar pesas. Sabía que mi fortaleza nunca podría ser limitada ni aumentada levantando pesados bloques de hierro. Por el contrario, es el ver que esa fortaleza es una cualidad espiritual, que proviene de Dios, lo que me da una fortaleza incansable".

También ocurren curaciones físicas. Holly Huff cuenta que hubo una ocasión en que se sentía enferma y con dolores, justo antes de una carrera a nivel estatal. Dice: "Tenía la certeza de que era correcto que ejerciera la velocidad y la resistencia que Dios me había dado, y que durante toda la temporada, me había esforzado por mejorar. Llamé a un practicista de la Christian Science para pedirle tratamiento mediante la oración, y tenía confianza de que sanaría.

"Aunque no me sentía del todo bien, decidí correr mi primera carrera, que era de relevo. Antes de la carrera, nuestro equipo se agrupó para orar. Dijimos esta adaptación de la última frase del Padre Nuestro: 'Porque tuyo es el reino en el que corremos, Tuyo es el poder con el cual corremos, y Tuya es la gloria por la cual corremos, por siempre. Amén'.

"Recuerdo que sentí todo el poder de esa oración y me olvidé por completo de que me había estado sintiendo mal. Ganamos el torneo. Sin embargo, después de la carrera, me sentí peor que antes. Continué orando y me mantuve en contacto con el practicista. La segunda carrera era individual, una carrera de ochocientos metros. Decidí precalentarme para la carrera a pesar de que todavía no me sentía bien para competir.

"Cuando hacía mi precalentamiento oré bastante. Recordé una idea de la Biblia: 'Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra'. Isaías 1:19. Me di cuenta de que no había pensado en la carrera con mucha alegría o confianza, que son señales de una disposición interior. Mi disposición mental cambió de inmediato, y no veía el momento de que comenzara la competencia.

"Oré para tener la misma confianza en la protección y la provisión de Dios, que tuvieron Moisés y los hijos de Israel cuando entraron al Mar Rojo. Véase Éxodo 14:21, 22. Me puse en posición en la línea de salida, todavía con dolor, pero confiando en que Dios estaba conmigo. Cuando sonó el disparo de salida, el dolor desapareció y corrí con toda libertad. Al término de la primera vuelta, yo había tomado la delantera, y de ahí en adelante la distancia simplemente se fue ampliando. Al cruzar la línea de llegada, todo lo que podía pensar era: 'Gracias, Dios'. Estaba totalmente sana".

Holly afirma que este tipo de curación no es el resultado de una devoción esporádica. Dice: "Yo oro todos los días. Confié en la oración en esa oportunidad porque ya había disciplinado mi pensamiento apoyándome en ella hasta en los detalles más pequeños de mi vida".

Todas las atletas dijeron que tienen una confianza cada vez mayor en Dios. Shannon Miller explica: "El temor es una emoción que casi todos los atletas enfrentan, ya sea temor de lastimarse o de defraudar a la gente. Para mí es muy útil este versículo de Isaías: 'No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia'. Isaías 41:10.

"Cuando fue obvio que tenía una verdadera oportunidad de formar parte del equipo Olímpico de 1996, pensé: 'Hágase tu voluntad'. Tal vez iba a ser que yo debía formar parte del equipo olímpico, o tal vez no. Pero si ése no era el plan, entonces Dios tenía algo igualmente maravilloso guardado para mí. No sé qué podría haber sido en aquella época, pero yo tenía que confiar en el justo juicio de Dios".

Confiar en el juicio de Dios. Cualquiera lo puede hacer, ya sea que estemos esperando a que los jueces olímpicos nos den 10 puntos, o esperando aprobar una prueba de matemáticas. No es mala idea para los que estamos en el mundo laboral pensar en esto, especialmente cuando el reconocimiento de lo que uno vale puede a veces ser tan incierto. Confiar que Dios tiene algo maravilloso guardado para cada uno de nosotros, ése es un pensamiento maravilloso.

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