El Pastor Personal de una iglesia a menudo es también el asesor espiritual de su congregación. ¿Cómo realiza este trabajo en la Iglesia de Cristo, Científico, el "pastor impersonal", o sea, la Biblia y el libro de texto de la Christian Science?
Mary Baker Eddy designó estos libros como pastor de la Iglesia que ella fundó, y dice lo siguiente: "Vuestro pastor dual e impersonal, la Biblia y 'Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras', está con vosotros; y la Vida que éstos dan, la Verdad que enseñan, el Amor que demuestran es el gran Pastor que alimenta a mi rebaño, y lo pastorea 'junto a aguas de reposo'".Escritos Misceláneos, pág. 322. El pastor impersonal nos hace recurrir a Dios y a Su Verbo, ilustrando la relación inquebrantable que tiene el hombre con el Único que es Vida, Verdad y Amor siempre presentes.
Una experiencia que tuve me demostró que estos predicadores nos rodean. Cumplen con la promesa que Dios le hace a Jeremías: "Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia". Jeremías 3:15. En aquel momento, mi esposo y yo estábamos en un vuelo al exterior rodeados de gente de muchas nacionalidades. Me resultaban interesantes su manera de vestir, sus costumbres y la manera en que oraban. Algunos de los pasajeros estaban usando lugares abiertos en el avión para orar públicamente.
Más tarde, cuando estábamos volando encima del océano, comencé a sentir dolores muy fuertes en el pecho. Necesitaba ayuda, y mi Biblia y Ciencia y Salud, estaban muy cerca, guiándome hacia Dios. Leí en el Evangelio según Marcos lo que Cristo Jesús le dice al principal de la sinagoga, quien enfrenta la devastadora noticia de que su hija ha muerto: "No temas, cree solamente". Marcos 5:36. Ésta era mi autoridad para declarar en silencio "Me niego a tener miedo". Repetía esto con firmeza siempre que era necesario, y no tuve temor.
Continué recurriendo a Dios, reflexionando acerca de mi relación con Él, lo que significa ser Su imagen, la idea espiritual y semejanza de Dios. Tanto la Biblia como Ciencia y Salud declaran que Dios es Espíritu y que el hombre está hecho a Su semejanza. Asimismo, que Dios es perfecto, por lo tanto, como la semejanza de Dios, el hombre es perfecto. Confié en que esto era verdad sobre mí, y estuve a salvo. La Biblia también me aseguró que estaba protegida con estas palabras: "El que confía en Jehová será exaltado". Proverbios 29:25. Necesitaba seguir confiando en Dios.
El dolor continuó, pero mi pastor también me siguió predicando. El avión aterrizó y fuimos a un pequeño hotel donde nos establecimos. Cuando estaba en el ascensor del hotel, recordé una declaración que había leído previamente en Ciencia y Salud. Me llegó parafraseada de la siguiente manera: "Olvídate del yo recordando el bien y la raza humana". La verdadera declaración dice: "Debiéramos olvidar nuestro cuerpo teniendo presente al bien y a la raza humana".Ciencia y Salud, pág. 261. Me pregunté si ése era el mensaje que realmente necesitaba. Había estado recurriendo a Dios en busca de curación, y esas palabras no me abandonarían.
Más tarde, cuando estaba en el vestíbulo del hotel, había un hombre quejándose de dolor. Pasé junto a él cuando se recostó y al hacerlo se le cayó la gorra entre la silla y la pared. Me detuve y me ofrecí a recogerla, cosa que él aceptó. Le pregunté de dónde era. Cuando me dijo, al principio sentí pena por él porque se encontraba enfermo tan lejos de su hogar, pero la pena fue rápidamente reemplazada por la comprensión de que las cualidades como el confort y el amor no están confinadas a un lugar determinado. Provienen del Amor divino y nos rodean a todos en todas partes.
Cuando el hombre me dijo que estaba solo, en silencio reconocí que el hombre nunca está solo; siempre está en la presencia de su Padre-Madre Dios. Cuando llegó el momento de retirarme del hotel, observé que el hombre ya no se quejaba. Salí para reunirme con mi esposo en una excursión que habíamos planeado para ver el lugar. En algún momento, durante el paseo, me di cuenta de que había sanado, que estaba libre del dolor, el cual nunca regresó.
Ese día en el vestíbulo del hotel, mi oración consistió en olvidarme de mí misma "teniendo presente al bien y a la raza humana". Más específicamente, era el Verbo de Dios que me impulsaba a olvidar un sentido mortal del ser con su punto de vista limitado, y a regocijarme en la omnipresencia de Dios, el bien, y amar a Su imagen y semejanza en todos, en todas partes.
Jehová es mi luz
y mi salvación;
¿de quién temeré?
Jehová es
la fortaleza
de mi vida;
¿de quién he de
atemorizarme?
Salmo 27:1