se graduó en la Universidad de Stanford, donde fue estrella en el equipo de fútbol americano, actualmente juega con los Leones de Detroit. Ha jugado en la NFL (Liga Nacional de Fútbol de los Estados Unidos) durante siete años. Vardell es Científico Cristiano, y reportero de la revista Sports Illustrated, habló con él sobre el enfoque espiritual que tiene en el campo de juego.
Cuánto tiempo llevas utilizando la oración en el deporte?
Me he apoyado en Dios desde que era pequeño. Recuerdo que cantaba himnos mentalmente y oraba mientras lanzaba en las Pequeñas Ligas de béisbol, y después, en los primeros años en los que jugué fútbol americano. Eso me ayudaba a calmar los nervios antes de los juegos y a sentir la presencia de Dios en el campo.
Cuando crecías, ¿hubo alguna época en la que te diste cuenta de que la oración te servía de ayuda en tu rendimiento?
Sí, tuve una experiencia cuando estudiaba en nivel medio superior que fue decisiva en mi estudio de la Christian Science.
Fue en mi penúltimo año, y nos enfrentábamos a un rival local por el campeonato de liga. Yo había estado jugando muy bien durante la temporada, y también iba bien en mis estudios, pero no me sentía muy satisfecho. Había estado luchando para vencer mi timidez, y estaba buscando algo que me diera la felicidad y la seguridad que necesitaba. Una noche, un himno me vino al pensamiento: "sólo Dios nos da alegría, sólo Dios nos de la paz" (Himnario de la Ciencia Cristiana, N° 263). Estas palabras me hicieron ver claramente que el único camino hacia la felicidad era Dios. Yo podía caminar por miles de senderos diferentes, pero la única manera en la que iba a ser feliz era caminar hacia Dios.
Para cuando se celebró el juego, yo sentía mucha paz, gratitud y dominio. Al doblarme hacia abajo para estirarme antes del juego, micuerpo ya estaba estirado de antemano; había respondido a un estado elevado de pensamiento. Esa tarde hice cosas en el campo que nunca había hecho: girar, saltar e interceptar como nunca lo había soñado. Terminé con 214 yardas de avance y realicé 4 anotaciones. El equipo ganó, y yo descubrí la relación entre el pensamiento seriamente la metafísica.
Apartir de entonces, ¿cómo se desarrolló tu estudio?
Al principio intenté alcanzar nuevamente el estado de pensamiento que tuve en ese juego, pero pronto aprendí que no es así como funcionan las cosas con Dios. He aprendido que para cada necesidad particular, Dios nos da nueva inspiración. Aprendí que no podía manipular mi conciencia para obtener el resultado deseado.
¿Oras para ganar?
No. Oro para ver el total cumplimiento del plan de Dios para nosotros, es decir, los jugadores de ambos equipos. Pienso que, por ser el hombre de Dios, cada uno de nosotros tiene el derecho a jugar al máximo de su potencial, a expresar sus atributos, habilidades y el carácter que tiene que expresar.
¿De dónde te vino esa idea?
Los primeros años en la NFL fueron muy difíciles. Tuve algunos éxitos, pero eran interrumpidos por lesiones, presiones o circunstancias que parecían estar fuera de mi control. Pienso que había llegado a creer que el éxito era circunstancial; que tenía que ver con el sistema correcto, los entrenadores correctos, la ciudad correcta, etc. Posteriormente, tuve una lesión en el campo de entrenamiento que me impidió jugar, y pensé: "Esto es ridículo... Dios creó al hombre, y lo hizo fructífero". Recordé una línea de Ciencia y Salud, que dice: "...el Amor divino no puede ser privado de su manifestación u objeto" (pág. 304).
A lo largo del año estuve pensando insistentemente en que la idea y el trabajo de Dios son completos y se realizan plenamente. Como resultado tuve mi mejor temporada.
¿Qué tan importante es la habilidad física?
El fútbol americano no es un juego físico como aparenta ser; cada acción en el campo comienza primero en el pensamiento; tienes que pensar antes de actuar. Por ejemplo, un receptor tiene que concentrarse para colocar sus manos correctamente y atrapar el balón; esto es totalmente independiente del tamaño, forma o fuerza física de la mano. Esto también es cierto para las demás posiciones del equipo; el fútbol americano es, en realidad, un juego principalmente mental. En mi opinión, la diferencia entre un campeón del Super Bowl (juego final de liga) y el equipo que ocupa el último lugar, es puramente mental. Esto hace que sea sumamente importante recurrir a Dios, la Mente divina, como la fuente de nuestro pensamiento.
¿Cómo has enfrentado la fama?
Me costó mucho aprender que debo mantenerme al margen de la alabanza y la crítica. Al hacerme profesional, tenía el sobrenombre "Tommy el anotador", por lo que era muy difícil estar a la altura siendo un novato sin experiencia. Era el blanco favorito de la prensa cuando no hacía anotaciones. Esto, aunado al hecho de que era muy sensible a lo que la gente pensara de mí, hizo que los primeros dos años que pasé como una "celebridad" fueran muy difíciles. Recuerdo que escuchaba los programas de entrevistas en la radio, y leía las revistas y periódicos, y que me entusiasmaba o entristecía según lo que se dijera en ellos.
¿Cómo lo resolviste?
Tuve que aprender que la única relación que debía interesarme, era la que había entre Dios y yo. El fútbol no era para complacer a los aficionados, periodistas, entrenadores o amigos. Dios era la fuente de todo lo que pudiera necesitar, y mi único compromiso era hacer lo que tenía que hacer y complacerlo a Él. Vi que tenía un solo preparador físico, un solo dueño del equipo, un solo director técnico y una sola Mente que me observaban, y éstos eran uno solo: Dios. Esto me dio una sensación de independencia que no sólo me liberó en el campo de juego, sino que también apartó mi atención de mí mismo.
¿Son compatibles el amor y el fútbol?
Totalmente. Yo no veo un juego como "nosotros contra ellos", dos equipos compitiendo por un bien. Para mí, el juego es una manifestación de Dios en el campo. Pienso en el versículo de la Biblia que dice: "Ya no hay judío ni griego... porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28), es decir, "no hay compañeros ni contrarios, todos somos uno en Cristo Jesús".
Es sorprendente cómo esta forma de pensar puede convertir un ambiente hostil en uno amoroso y respetuoso. He visto muchas veces cómo el amor y la humildad desarman el odio; y cómo el jugar sucio al principio de un juego, se transforma en amistosas palmaditas en la espalda al final del mismo.
¿Cómo se combinan Dios y la oración con el carácter de los Leones de Detroit?
Nuestro equipo ora mucho, y semanalmente nos reunimos en nuestro grupo de estudio de la Biblia, dirigido por un pastor protestante. Varios jugadores abiertamente dedican su vida a seguir a Cristo Jesús y apoyan su vida en Dios. Se forma una maravillosa unión cuando un grupo de personas está buscando lo mismo, en el campo de juego y en la vida.
Ya que tu vida es tan ocupada, ¿cómo te das tiempo para orar?
Todos los días trato de reflexionar en un par de verdades sobre Dios y el hombre, y lo hago a lo largo del día. Trato de encontrar tranquilidad para poder escuchar a Dios en todo lo que haga. Algo que he aprendido es que esta comunión con Dios está disponible en cualquier circunstancia. Algunos de los momentos más tranquilos y de mayor oración, son cuando estoy en un lugar como el Lambeau Field, con 80.000 espectadores gritando en medio de una tarde extremadamente fría. Yo oro durante todo el juego.
¿Te tratan diferente los entrenadores debido a tu convicción religiosa?
Mi convicción religiosa realmente nos une más de lo que nos separa. Todos creemos en Dios y en el poder transformador del Cristo. Un entrenador en una ocasión me dijo que ellos trataban la lesión, pero Dios la sanaba.
Al mismo tiempo, como parte de la "inversión" del equipo, se me pide que cumpla mi obligación respecto a mi condición física, particularmente en el caso de lesiones u otros problemas de salud; por supuesto, el tratamiento que utilizo es diferente.
El año pasado me lesioné el cuello; y era difícil jugar sin sentir dolor. Oré mucho sobre lo que realmente estaba haciendo cuando detenía a los otros jugadores. Pude ver que aunque pareciera que estaba chocando contra ellos, realmente estaba demostrando la forma, la inteligencia, el equilibrio, la fuerza y el poder de la acción de Dios. Podía estar calmado "en medio del testimonio discordante de los sentidos materiales" (Ciencia y Salud, pág. 306).
El dolor persistió hasta la hora del juego, pero para entonces ya había vencido el temor; después de la primera jugada, tuve la certeza de que estaba sano.
¿Qué es lo mejor de jugar en la NFL?
Pienso que la NFL es como mi laboratorio metafísico; en ella he podido aprender sobre Dios y mi relación con Él, y a ver que mi felicidad y mi libertad están en Dios. Por cierto que todos tenemos una relación individual con Dios, y es independiente de si eres cristiano, musulmán o judío. Todos los que con fe y comprensión confían en Dios, de cualquier forma que lo entiendan, encontrarán la felicidad y la luz que están buscando.
...os gozaréis y os alegraréis
para siempre en las cosas
que yo he creado;
porque he aquí que yo traigo
a Jerusalén alegria,
y a su pueblo gozo.
Isaías 65:18