cursa el tercer año en la universidad, y es una atleta muy entusiasta. Pero su amor por el deporte llegó a complicar su vida y alterar su tranquilidad. En el último año del nivel medio superior, tuvo que escoger entre el atletismo y el fútbol, ¡y le gustaban los dos! Esta entrevista realizada por The Christian Science Journal, empieza preguntándole cómo resolvió el dilema.
Principalmente, ¡orando muchísimo! Me había propuesto terminar la escuela con el mayor de los éxitos, pero sabía que la voluntad humana podía confundirme más de lo que podía ayudarme. En la Escuela Dominical de la Christian Science, había aprendido cuán importante es dejar que la voluntad de Dios reemplace la voluntad humana, es decir, mi propia voluntad y la de cualquiera que tuviera ingerencia en la decisión. Oré para comprender mejor mi relación con Dios. Cuanto más cerca me sentía de Él, más segura estaba de que me mostraría el lugar correcto, y que la decisión que tomara también bendeciría a los demás.
Recurrí a "Una Regla para móviles y actos", que Mary Baker Eddy incluyó en el Manual de La Iglesia Madre. La primera frase dice que debemos empezar correctamente: "Ni la animadversión ni el mero afecto personal deben impulsar los móviles o actos de los miembros de La Iglesia Madre".Manual, Art. VIII, Sec. 1. Esto era exactamente en lo que necesitaba reflexionar. En cuanto a la animadversión, en el fútbol me estaba enfrentando a una situación que no era del todo armoniosa. En lo que se refiere al afecto personal, en el atletismo, los entrenadores eran increíbles, y yo quería que esto fuera parte de mi experiencia.
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