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Cómo obtener el máximo beneficio del deporte

Del número de septiembre de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


cursa el tercer año en la universidad, y es una atleta muy entusiasta. Pero su amor por el deporte llegó a complicar su vida y alterar su tranquilidad. En el último año del nivel medio superior, tuvo que escoger entre el atletismo y el fútbol, ¡y le gustaban los dos! Esta entrevista realizada por The Christian Science Journal, empieza preguntándole cómo resolvió el dilema.

Principalmente, ¡orando muchísimo! Me había propuesto terminar la escuela con el mayor de los éxitos, pero sabía que la voluntad humana podía confundirme más de lo que podía ayudarme. En la Escuela Dominical de la Christian Science, había aprendido cuán importante es dejar que la voluntad de Dios reemplace la voluntad humana, es decir, mi propia voluntad y la de cualquiera que tuviera ingerencia en la decisión. Oré para comprender mejor mi relación con Dios. Cuanto más cerca me sentía de Él, más segura estaba de que me mostraría el lugar correcto, y que la decisión que tomara también bendeciría a los demás.

Recurrí a "Una Regla para móviles y actos", que Mary Baker Eddy incluyó en el Manual de La Iglesia Madre. La primera frase dice que debemos empezar correctamente: "Ni la animadversión ni el mero afecto personal deben impulsar los móviles o actos de los miembros de La Iglesia Madre".Manual, Art. VIII, Sec. 1. Esto era exactamente en lo que necesitaba reflexionar. En cuanto a la animadversión, en el fútbol me estaba enfrentando a una situación que no era del todo armoniosa. En lo que se refiere al afecto personal, en el atletismo, los entrenadores eran increíbles, y yo quería que esto fuera parte de mi experiencia.

¿Por qué eran "increíbles" los entrenadores de atletismo?

Ellos eran muy comprensivos y nos apoyaban mucho. Nunca había entrenado con ellos, pero mi hermana sí, y yo los había visto trabajar con otros atletas; era la clase de gente que me gustaría que estuviera a mi lado cuando enfrento desafíos. Cuando hablábamos, nunca trataban de influenciarme, sólo me decían que adonde fuere, tendría mucho para dar.

¿Cómo oraste para tomar la decisión?

Me sentí impulsada a contestar cuatro preguntas que parecían esenciales: ¿Dónde podría crecer más?, ¿Dónde me necesitaban más?, ¿Dónde podría dar lo máximo?, y ¿Dónde aprendería más? Sabía que si contestaba honestamente estas preguntas, la voluntad personal no se atravesaría en el camino para evitar que yo estuviera donde debía estar. Ya sabía que ni la "animadversión" ni el "afecto personal" podrían llevarme allí, así que abrí mi corazón para saber cuál era el plan que Dios tenía para mí.

¿Cómo se solucionó todo?

Bueno, llegó un punto en el que el tiempo se acababa; tenía que decidirme por el fútbol o por el atletismo. Decidí practicar atletismo sólo por una tarde; lo primero que el entrenador principal le dijo al equipo fue: "No estamos aquí para aprender atletismo; estamos aquí para aprender sobre la vida". Como Científica Cristiana, yo sabía que la Vida (con mayúscula) es un sinónimo de Dios, así que no pude evitar pensar: "¡Así que nos disponemos a aprender sobre Dios!" En ese momento supe que estaba en el lugar correcto. Cuando miro hacia atrás, es difícil creer todo lo que aprendí en esos dos meses, y que se puede aplicar a todos los aspectos de mi vida. Todo se desarrolló natural y tranquilamente, y no hubo arrepentimiento. Como dice la Sra. Eddy: "...el progreso es la ley de Dios, cuya ley nos exige sólo lo que podemos cumplir con seguridad".Ciencia y Salud, pág. 233. Esto me ayudó en la preparación de todas las prácticas y competencias.

¿Qué has aprendido sobre la forma de medir el éxito?

He aprendido que mi éxito no se mide por los resultados, el cronómetro o la aprobación de los demás, sino por lo que he aprendido en cada ocasión y por lo que he crecido espiritualmente. No siempre ha sido fácil, pero sé que estoy triunfando porque tengo una comprensión más profunda de Dios y de mi relación con Él; aunado a esto he tenido muchos logros atléticos, tanto individualmente como en equipo. Puede sonar trillado, pero en la primera temporada de atletismo aprendí lo que significa glorificar a Dios. Ahora, siempre que corro y aun durante la competencia, me regocijo porque Dios está presente, y algunas veces canto himnos mentalmente; además me recuerdo siempre que tengo que darle el mérito a Dios. Con esto elimino toda la voluntad personal, y cualquier deseo de querer simplemente impresionar a los demás.

En Isaías hay un pasaje que me encanta: "Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". Isaías 40:31. Para mí, el águila representa la libertad, y aunque correr requiere disciplina, trae consigo la libertad para superar las limitaciones autoimpuestas. Además, el simple hecho de saber que no tengo que sentirme cansada, es muy reconfortante.

Una amiga, que también es miembro del equipo, me sugirió que reflexionara sobre los siete sinónimos de Dios, que aparecen en Ciencia y Salud: Principio, Mente, Alma, Espíritu, Vida, Verdad y Amor, Véase Ciencia y Salud, pág. 587. y los aplicara al atletismo. Esto pasó a formar parte de nuestra preparación espiritual diaria, y algunas veces compartimos mutuamente nuestra inspiración. Esto nos ayudaba a desviar nuestra atención del aspecto material del atletismo y a mantener nuestra atención en el aspecto mental, que es donde se realizan la mayor parte de las actividades.

Me ayudó mucho razonar con ideas como éstas: Puesto que el progreso es "la ley de Dios", como dice claramente una de las citas anteriores, Dios, el Principio, me ayudará a mejorar y a elevarme más. Dios, la Mente, dirige todos mis pasos. Dios, el Espíritu, me llena de gozo y entusiasmo. Dios, la Vida, me provee de energía sin fin. Yo corro con Dios, el Amor, y veo el amor expresado en mis compañeros y ¡en mis rivales!

A medida que mantenía mi pensamiento en Dios y en la verdad espiritual de mí misma, comprendí, mejor que nunca, a lo que se refiere la Sra. Eddy cuando dice: "Los móviles rectos dan alas al pensamiento, y fuerza y soltura a la palabra y a la acción".Ciencia y Salud, pág. 454.

¿Te ha ayudado esto en otros aspectos de tu vida universitaria?

Siempre he pensado que lo que aprendo en los deportes se puede aplicar a todos los aspectos de la vida, por ejemplo, las cualidades como la humildad, la fortaleza, la generosidad, la concentración, la resistencia y la persistencia. La aplicación honesta de estas cualidades, ha hecho mi vida feliz y saludable. Cada vez que tengo que hacer algún proyecto especial en la escuela, enfrentar algún problema de relaciones humanas, aplico la perseverancia espiritual que he aprendido, sabiendo, como Jesús nos aseguró, que "todas las cosas son posibles para Dios". Marcos 10:27. ¡Y esto es verdad!

Ahora que ya estás en la universidad, ¿cómo se ha desarrollado tu carrera deportiva?

Actualmente estoy jugando fútbol, y la temporada pasada nuestro equipo ganó el campeonato de nuestra división. Esto sirve para hacer ver que necesitamos tener buena disposición para aceptar la guía de Dios, y hacer lo mejor en todas las circunstancias que se presenten.

El año pasado fui miembro del equipo de atletismo, y todavía me encanta correr y entrenar fuerte, así que ninguna de las lecciones que aprendí se han perdido; y continúo aplicándolas todos los días, dentro y fuera de la pista. Me he convertido en una atleta más perseverante, lo cual ha sido benéfico tanto para mí como para el equipo; he visto lo lejos que Dios me puede llevar cuando pongo mi confianza en Él. Siento que soy una persona mucho mejor que antes, y definitivamente estoy más cerca de Dios.

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