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Sintámonos seguros en nuestra ciudad

Del número de septiembre de 1999 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Altas Rejas, servicios de seguridad, cerraduras que se abren con una clave, billeteras con cierres herméticos... ¿Son estos métodos, y tantos otros, suficientes para darnos un sentido de seguridad?

Si bien es importante cuidar humanamente de las cosas que son necesarias y preciadas para nosotros, también es importante sentirnos en paz cuando se trata de nuestra seguridad.

Las ideas del Salmo 91 muchas veces me trajeron esa paz. Comienza diciendo: "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente... No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya... Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal". Salmo 91:1, 5, 9.

¿No indican estas ideas un sentido más espiritual en el cual encontrar seguridad? Este sentido que se apoya en Dios, lo reconoce a Él como el único creador de cada uno de nosotros, el creador que nos ha dado a todos el derecho de expresar Su amor.

Todos podemos aprender que para cultivar este sentido espiritual de la vida es necesario tratar de comprender que el hombre expresa cualidades espirituales, como bondad y mansedumbre por ejemplo. Asimismo Dios, quien proporciona estas cualidades, no permite que al hombre le falte nada ni se le quite nada.

Aunque los sentidos físicos no lo pueden ver a Dios, sí podemos sentir Su presencia protectora. Dios, que es la Mente infinita y verdadera de todos nosotros, nos guía con pensamientos espirituales.

Esto lo pude comprobar hace algunos años en un ómnibus. Yo iba de pie, y en determinado momento sentí el impulso de mirar mi cartera, que colgaba de mi hombro. Allí me di cuenta de que un hombre tenía la mano metida en ella. Al ver que yo lo había descubierto, dejó caer mi billetera al suelo y bajó rápidamente del ómnibus.

Cuando reconocemos que Dios nos protege, el temor a un peligro desconocido se disuelve.

En ese momento sentí un profundo agradecimiento por el cuidado de Dios, porque sabía que esa indicación de darme vuelta había provenido de Él. Pero mi agradecimiento fue aún mayor al bajar del ómnibus. Allí me encontré con una amiga que también practica la Christian Science y que viajaba en el mismo ómnibus que yo. Ella había presenciado lo ocurrido y me comentó que cuando se dio cuenta de que esa persona quería robarme comenzó a orar. Me dijo que declaró en silencio que en la creación de Dios no hay criaturas que hagan daño a otros, porque el Amor divino nos abraza, sostiene y protege. Ese sentido espiritual de lo que realmente está ocurriendo bajo el gobierno de Dios, bastó para prevenir el robo.

Hoy me doy cuenta más que nunca de lo importante que es mantener presente quiénes somos todos, tal como Dios nos ha creado. Mary Baker Eddy dice en Ciencia y Salud: "Toda realidad está en Dios y Su creación, armoniosa y eterna. Lo que Él crea es bueno, y Él hace todo lo que es hecho". Ciencia y Salud, pág. 472.

De esta manera, cuando cultivamos el sentido espiritual, manteniendo nuestros pensamientos en armonía con la Verdad, especialmente al enterarnos de hechos de violencia en la ciudad, estamos colaborando para disolver el temor, la inseguridad y la deshonestidad. Esto ayudará a cambiar el sentido que tenemos de nuestra ciudad y ver que siempre ha estado bajo Su permanente brazo protector.

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