Mary Baker Eddy, a pesar de su intensa labor de continuar con la obra de curación cristiana iniciada por Cristo Jesús, percibió que esta obra de carácter religioso trascendería únicamente si podía responder a las necesidades de la humanidad.
Jesús bendijo a la humanidad sanando el pecado y la enfermedad, pero esto no fue el resultado de su labor personal; fue el espíritu de bien que Jesús representaba el que llevó a cabo esta labor. Fue el Cristo, que Jesús expresaba, quien produjo estas bendiciones.
La Sra. Eddy se refiere al Cristo en su obra Ciencia y Salud de la siguiente manera: "El Cristo es la verdadera idea que proclama al bien, el divino mensaje de Dios a los hombres que habla a la consciencia humana" (pág. 332).
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