Tú, amado hijo de Dios,
prueba, como hizo el Maestro, que
No existe poder que
interrumpa, prive o limite
tu habilidad de expresar
inteligencia, vitalidad, salud;
ni que te impida vivir plenamente.
Las poderosas palabras del Cristo, la Verdad,
de toda virtud te dotan,
para que conquistes este momento,
para que vivas nuevos hoys y mañanas.
Para que conozcas el gentil poder de Dios, Su luz,
que irradia a través de ti.
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