Esto Ocurrió cuando desempeñaba el cargo de Primera Lectora de una iglesia filial de la Christian Science en el estado de New Jersey. Este cargo incluye la lectura de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy, durante los servicios religiosos de los domingos, donde se lee la Lección Bíblica, y también la lectura de una selección de la Biblia y de ese mismo libro de texto, en los servicios testimonios de los miércoles.
Un domingo me levanté muy temprano para practicar en voz alta la Lección Bíblica de esa semana y al comenzar a leer noté que no me salía la voz. Al ponerme a orar, sentí temor de que no iba a poder servir ese día como Lectora.
Cuando llamé a una amiga para que orara por mí, me dijo con firmeza que mi labor era simplemente ser una transparencia para que el mensaje de Dios fluyera a través de mí. Ella dijo que esta dificultad era solamente una creencia sin realidad ni poder, porque solamente existía en la mente mortal, que es una mentalidad ilusoria y aparentemente opuesta a Dios. También me dijo que la razón por la que no tenía poder es porque todo poder real le pertenece a Dios, que es del todo bueno. Además me dijo que el propósito de la voz es expresar la Verdad, y que la Verdad mantiene la voz, por lo tanto no puede ser deteriorada ni perturbada por nada, y que yo reflejaba espiritualmente la capacidad de expresar la Verdad. Me refirió varios pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud, y me dijo que la llamara más tarde.
Entonces me puse a orar. Una de las ideas que me ayudaron la saqué de Ciencia y Salud, donde la Sra. Eddy dice: "Las indestructibles facultades del Espíritu existen sin las condiciones de la materia y también sin las creencias erróneas de una llamada existencia material" (pág.162). Esto me hizo confiar en que como Dios tiene todo el poder, mantiene nuestras facultades siempre intactas.
Oré reconociendo la presencia de Dios, y que yo, como Su reflejo espiritual, no podía expresar nada más que a Dios. Además pude ver que el cuerpo material no tiene inteligencia para decirnos si algo está bien o mal, y esto me ayudó para no dejarme engañar por lo que los sentidos corporales decían acerca de mí en ese momento. Dios me estaba viendo como Su hija —espiritual y perfecta como Él es. Dios es "muy limpio... de ojos para ver el mal" (Habacuc 1:13), y lo que Él no conoce. el hombre no lo puede expresar.
Estos pensamientos me llenaron de tranquilidad, y la curación ocurrió casi de inmediato después de estos momentos de oración. Mi voz volvió a salir clara y limpia, y pude finalmente ir a la iglesia para leer perfectamente y sin dificultad.
Me siento muy agradecida por ésta y muchas otras curaciones que he tenido por las enseñanzas de esta Ciencia, y por la oportunidad de poder practicarla.
Miami, Florida, E.U.A.
