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Se necesita gracia para perdonar

Del número de octubre de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

The Christian Science Monitor


Cuando Un Amigo en quien confiamos y a quien queremos nos dice algo cruel o injusto, ¿qué podemos hacer para acallar el enojo o el dolor que sentimos? Podemos recurrir a Dios en oración.

La Christian Science Significa Ciencia Cristiana. Pronúnciese crischan sáiens. enseña que para amar y honrar a Dios, es necesario amar a nuestros semejantes también, y que para perdonar a los demás se necesita gracia. Mary Baker Eddy escribe: “Debiéramos evaluar el amor que sentimos hacia Dios el amor que sentimos por el hombre...” Escritos Misceláneos, pág. 12. En el mismo artículo leemos lo siguiente: “El amor es el cumplimiento de la ley: él es gracia, misericordia y justicia”. Ibid., pág. 11.

Todo el ministerio de curación de Cristo Jesús se basó en el hecho de que la gracia y el amor tienen un efecto sanador en la vida humana. Leemos en la Biblia: “La ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”. Juan 1:17.

Pedro sintió la exigencia de expresar esa gracia cuando le preguntó a Jesús: “Señor, ¿Hasta siete?” Y Jesús le respondió: “No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”. Mateo 18:21, 22. Jesús quiso hacerle entender a Pedro que nuestro amor por Dios y nuestro prójimo debe ser tal, que nos permita expresar perdón naturalmente

Es necesario expresar gracia a diario. Y logramos demostrar esta gracia cuando comprendemos que Dios es Espíritu y ha creado a todos Sus hijos espiritualmente. Partiendo de esta base, cada individuo es el hijo o la hija perfecta de Dios, por más que la evidencia ante nuestros ojos diga todo lo contrario. Cuando nos esforzamos por identificar a los demás espiritualmente, empezamos a ver diferentes cualidades de Dios, como honestidad, amabilidad, bondad, inteligencia y humildad. No siempre es fácil discernirlas, pero si insistimos en ver tan sólo la identidad espiritual del hombre, podremos percibirlas.

Esto hace que haya más paz y armonía en las relaciones humanas. Podría decirse que nuestras relaciones deberían tener un fundamento más espiritual. De esta manera, si hubiera una ruptura en una relación, podría sanarse con mayor facilidad. ¿Por qué? Porque responderíamos con la gracia y el perdón de que habló Jesús. Puede que nuestras relaciones con los demás sobrevivan los problemas que enfrentamos, pero es el deseo de expresar el amor que Jesús enseñó lo que hace posible que haya cambios positivos.

Al identificarnos a nosotros mismos y a nuestros amigos como hijos de Dios no tenemos que preocuparnos por arreglar una relación deteriorada. En vez de ello, nuestra oración puede probar que la unidad de cada uno con Dios es buena y no cambia. Esto es tan cierto respecto a nosotros como lo es respecto a nuestros amigos. Podemos confiar en el amor de Dios para sanar. En efecto, esta confianza nos guiará a usar los medios más adecuados y llenos de gracia para restablecer las cosas. Es así como Dios sana.

Esta es la manera en que pude superar una situación, una vez que una amiga me dijo algo hiriente. Al orar para perdonar a esta amiga crecí en gracia. Me esforcé por poner nuestra relación sobre una base espiritual, usando las ideas expresadas en este artículo. Esto trajo paz y curación.

Las relaciones con amigos pueden ser enriquecidas cuando amamos a Dios primero en nuestra vida. Así, al apreciar a todos como hijos de Dios, vemos que la importancia y el valor que ellos tienen se ponen de manifiesto. Amamos lo que cada uno de ellos es en verdad, el valioso hijo de Dios.

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