Clara y Alejandro van corriendo a la cocina. Le quieren hacer una broma a Papá. Comieron huevos pasados por agua, y pusieron una cáscara vacía dada vuelta en una huevera, para hacerle creer que es un huevo entero. Ésta no es la primera vez que le hacen una broma a su Papá.
Pero, hoy, Papá no se ríe. Está triste.
—Chicos, váyanse a dormir —les dice—. El departamento es demasiado pequeño para todo este ruido. ¡Vamos, es tarde!
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