La Gente De Hoy se ve literalmente bombardeada con imágenes de belleza y salud, en todos los medios de comunicación; tanto mujeres como hombres se comparan con estas imágenes, y a menudo se sienten inferiores. No obstante, las soluciones que comúnmente fomentan aquellas imágenes, no ofrecen una respuesta permanente. Lo que realmente se necesita es un cambio en el pensamiento.
Aunque los anuncios quieren hacernos creer que la belleza está limitada a la apariencia física, he descubierto que la belleza, así como el amor, la honestidad y la integridad, es espiritual. Y descubrimos nuestra verdadera belleza cuando aprendemos a valorar nuestra identidad espiritual como hijos de Dios.
La Biblia nos dice que el hombre no es material; él es espiritual porque Dios, el creador del hombre, es Espíritu. Por ejemplo, Pablo dice: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas”. Es decir que, puesto que Dios es Espíritu, no mora en cosas materiales. Pablo a continuación describe la relación del hombre con Dios, cuando dice: “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”. Hechos 17:24, 28. Esto tiene que significar que el hombre es espiritual.
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