Antes de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación holandesa, había un pequeño grupo de estudiantes de la Christian Science en Yakarta. Después de la independencia en 1945, Adele Blok, facilitó para que nos reuniéramos en su casa para celebrar servicios religiosos de la Christian Science. Éramos unos pocos al principio, y como las sillas estaban vacías Adele decía: “No estamos leyendo para sillas vacías, sino para todas las ideas de Dios, las ideas infinitas”. Hoy, asiste bastante gente al servicio en indonesio, y también al de inglés.
Mi familia era musulmana, pero de niños fuimos a una escuela protestante porque su nivel de educación era excelente. Al cumplir los 18 años, nuestros padres nos dejaron elegir la religión que queríamos seguir, y como no me sentía cómoda con el Islam ni con el protestantismo comencé a buscar otra religión.
Un día, encontré un libro en alemán en un pequeño puesto de libros. Me atrajo el título: Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras. Al leerlo, me intrigó, de modo que cuando Adele Blok comenzó el grupo, me hice miembro de inmediato.
Adele era profesora de danza, que es lo que yo también estudiaba. Ella era mitad holandesa y mitad indonesia, y después de la independencia podía elegir si quería quedarse en Indonesia o ser repatriada a Holanda. Afortunadamente decidió quedarse e hizo mucho por el movimiento de la Christian Science aquí. Había tenido una curación maravillosa que atraía a la gente a esta Ciencia.
Al principio solo mujeres venían a la iglesia, los hombres se quedaban esperando afuera. Pero cuando el Embajador de los Estados Unidos, Howard Palfrey Jones, comenzó a asistir a los servicios, una persona tan respetada, los hombres también empezaron a venir. El embajador permaneció en Indonesia seis o siete años y fue muy amigo del Presidente Sukarno, a quien los miembros de la iglesia le obsequiaron una suscripción al The Christian Science Monitor.
La Christian Science me ha ayudado mucho. Un ejemplo fue cuando abrí mi escuela de danza. Allí enseñábamos la técnica de Martha Graham, que yo había aprendido de ella en Nueva York. Esto disgustó mucho a mis padres porque no era la danza tradicional con la que ellos estaban familiarizados. Hasta el Presidente Sukarno, un experto en arte, me preguntó: “¿Qué está haciendo? ¿Está cambiando las danzas de Indonesia?” Le respondí: “No, estoy enseñando a los bailarines una nueva manera de expresarse”, y él lo comprendió. Pero los diarios no lo veían así, decían que yo estaba actuando en contra de las costumbres de Indonesia. Y esto me llevó a orar para saber que sólo hay una Mente, y que no hay razón para que una buena idea no sea aceptada. Y finalmente la aceptaron.
Cuando viví en Nueva York, lejos de mis padres, mi familia de estudiantes de la Christian Science siempre estaba cerca. Allí tuve una curación maravillosa. Ocurrió cuando estaba trabajando en el Consulado de Indonesia. Nos iba a visitar un funcionario de Indonesia y yo tenía que hacer los arreglos para que él y su grupo se reunieran con funcionarios de los Estados Unidos. De repente me vi imposibilitada de caminar. Me costaba horrores aun poder atender el teléfono, pero el Cónsul General quería que permaneciera allí. Como tenía llagas en las piernas las cubría con vendajes. Lentamente caminaba todos los días varias cuadras para llegar al consulado, ayudándome con bastones.
El Cónsul quedó impresionado cuando me vio y ofreció llamar a un médico, pero le contesté que no era necesario porque era Científica Cristiana. A esto me contestó que no podía continuar trabajando en esas condiciones, y que sería mejor que pronto encontrara ayuda.
Cuando llamé a un practicista de la Christian Science, habló conmigo sobre la base de esta Ciencia. Esa noche leí la Lección Bíblica Semanal cuyo tema era: “El Hombre”, y las verdades de Dios me sanaron. Al cabo de dos semanas, un día al levantarme de la cama los vendajes se me cayeron y vi que ambas piernas estaban en perfectas condiciones. Esta curación me sirve de constante inspiración.
Aún hoy, con la la difícil situación que atraviesa Indonesia, siempre pienso en ese momento en que llegué a percibir la Verdad infinita. La Christian Science realmente puede ayudar a los que recurren a Dios con todo su corazón y saben que con Dios todas las cosas son posibles.