Hoy se ven mujeres ocupando cargos que antes eran exclusivos para hombres. Hay mujeres en el Senado brasileño y en los gobiernos estatales. Ojalá que algún día tengamos una mujer presidenta. Las mujeres están utilizando su potencial para crear un país más justo, menos sexista, menos racista, y que considere que el ciudadano y su bienestar son el pilar de la nación.
En este momento, la mujer de color está en la parte más baja de la pirámide social en Brasil. Encima de ella se hallan el hombre de color, la mujer blanca, y luego el hombre blanco. Si esperamos tener igualdad entre mujeres y hombres, debemos tener fe. La fortaleza espiritual está al alcance de todo aquel que cree que esa fortaleza es un poder para el combio. Conozco hombres y mujeres que estaban perdidos —desempleados, sin dirección, sin familia— y encontraron aliento en la fortaleza espiritual. Y fueron transformados. Yo soy un testigo viviente de esto. El poder espiritual cambió radicalmente mi vida y me permitió formar parte del gobierno.
Con la lectura de la Biblia he visto que mi habilidad proviene de Dios. Me ha mostrado que las mujeres no fueron creadas para ser sumisas, sino creadas para la gloria de Dios. La Biblia da ejemplos de mujeres que tuvieron un papel importante. Jesús era amigo de las mujeres y sentía mucha ternura por ellas. La Biblia me ha revelado lo que hay en mí: el poder divino, Dios, en acción en mi vida. Cuando enfrento grandes dificultades, hablo con Dios. Invoco la ternura y el amor de Dios, quien es mi compañero, mi esposo y mi amigo fiel.
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