Siempre quise ser ingeniero. Me encantaban las matemáticas, y me parecía que era natural seguir ingeniería. Pero dí mi examen de ingreso y no lo aprobé.
Luego decidí tomar un curso preparatorio para poder ingresar a la facultad de ingeniería. Tenía la mira en el próximo examen de ingreso del año siguiente. Pero lo más importante es que tomé la decisión de pensar más espiritualmente sobre mi futura carrera.
Durante las vacaciones de invierno, estudié Ciencia y Salud, buscando pasajes específicos con los cuales orar. Este libro me ayudó a ver lo importante que son los buenos motivos cuando elegimos una carrera. Este pasaje me ayudó mucho: “La Mente no necesita depender de procedimientos educativos. Posee de por sí toda belleza y poesía y el poder de expresarlas. El Espíritu, Dios, se oye cuando los sentidos guardan silencio. Todos somos capaces de hacer más de lo que hacemos” (pág. 89).
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