Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Artículo de portada

Derecho Internacional

Del número de marzo de 2000 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Considero que el potencial que tiene la mujer es infinito. Y no lo digo únicamente porque estudio la Christian Science, lo digo por mi experiencia empresarial. Actualmente, hay mujeres que tienen sus propias empresas, y éstas son en todo aspecto tan prósperas como cualquier negocio regentado por hombres.

Si usted considera que tiene una buena idea, ya sea hombre o mujer, debe concretarla. A mí me vino una idea para tener una empresa y la llevé a cabo. Efectúo negocios en países donde tal vez los derechos de la mujer no son tan reconocidos como en los Estados Unidos. Pero he visto que si uno tiene una buena idea y está respondiendo a una necesidad, la cuestión de si uno es hombre o mujer deja de ser importante.

Yo comencé mi empresa en Italia. Se habla a menudo de cuál es el lugar para la mujer, y que los hombres tratan a las mujeres así o asá. No obstante, nunca tuve allí una mala experiencia, porque sentía que podía brindar un servicio valioso en ese país. Y como estudiante de la Christian Science sé que una idea valiosa se origina en Dios. De modo que el hecho de ser mujer casi pierde toda importancia cuando uno se concentra en la idea a la que se está dedicando —dedicándola no especialmente para los hombres o las mujeres, sino para todos.

A lo largo de los años han venido cada vez más mujeres a mis clases. Esto es una indicación de que más mujeres están siguiendo la carrera de abogacía en países donde antes no era aceptable que la mujer se dedicara por completo a una profesión.

La mujer tiene mucho que aportar en el mundo empresarial. Por ejemplo, cada vez más las mujeres están trabajando juntas y ayudándose las unas a las otras. Se dan ideas entre sí y dicen: “Si yo puedo hacerlo, tú puedes hacerlo también”. Se ayudan a ver que no tienen por qué aceptar una idea limitada de lo que son o de las ganancias que pueden llegar a obtener.

Yo les recomiendo a las mujeres que concentren su atención en el trabajo en lugar de hacerlo en las diferencias de género. Si usted es abogada, esfuércese por ser una gran abogada. Entonces la gente no va a pensar: “Siendo mujer, como abogada no va a llegar a mucho”. La espiritualidad es clave para lograr esto; pone todo en su lugar adecuado, a tal punto que el género suyo deja de ser lo primero que la gente ve.

Mujeres y hombres pueden combinar sus talentos para realizar algo muy hermoso. Ambos tienen mucho que ganar cuando aceptan sus talentos mutuos. Y si las mujeres están conscientes de todo lo que tienen para dar, no hay razón para que los hombres no las acepten.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / marzo de 2000

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.