Quiero contarles la curación que tuvo uno de mis hijos mediante el tratamiento de la Christian Science. Tenía una lombriz solitaria, y sanó de la noche a la mañana con la ayuda de un practicista de la Christian Science. El practicista dijo que si la condición no era buena, Dios no la había hecho, y por lo tanto nunca podía formar parte de mi hijo que es linaje de Dios.
En otra ocasión estábamos una mañana jugando con un grupo de niños, cuando mi hijo se cayó y se golpeó la parte de atrás de la cabeza con una esquina muy aguda de madera. Una de las madres presentes, que era enfermera médica, estaba muy preocupada e insistió en que el corte necesitaba unas puntadas, por lo que había que llevarlo de inmediato a la sala de emergencias de un hospital. Ella era tan insistente, y el personal del grupo estaba tan preocupado por el niño (y también por la responsabilidad que tenían), que lo llevé a una doctora que yo conocía y que respetaba mi confianza en el tratamiento de la Christian Science. La doctora dijo que ella también opinaba que el corte necesitaba unas puntadas de inmediato.
Pero como mi hijo era tan pequeño y no comprendía la necesidad de mantenerse quieto, ella me dijo que yo tendría que acostarme encima de él y sujetarlo para que no se moviera. En ese momento pensé que todo eso asustaría demasiado al niño; entonces ella se ofreció a ponerle una venda y una cinta sobre la cortadura, pero me advirtió que como el niño era muy activo y movedizo las vendas muy pronto se caerían. Me pidió encarecidamente que lo llevara para que le diera unas puntadas cuando se le salieran las vendas.
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